Este lunes por la noche, murió el octavo detenido tras el incendio en la comisaría 3º de Transradio, en Esteban Echeverría. Se trata de Walter Barrios, un joven de 21 años, que llevaba dos meses detenido en esa dependencia.
Con el nuevo fallecido, se trata de la mayor tragedia en comisarías argentinas, aunque algunos organismos de Derechos Humanos como la Comisión Provincial por la Memoria, insisten en considerarla una nueva “masacre”, por el cada vez más conocido rol que ocupó la policía en el incendio.
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“Los relatos coinciden en que la policía, primero, cortó la luz en los calabozos cuando un grupo de detenidos se negó a apagar la música. Esa decisión, sumada a las degradantes condiciones de alojamiento como la falta de colchones, derivó en una protesta con fuego por parte de los detenidos. Fue allí cuando los efectivos deliberadamente cerraron el suministro de agua a los calabozos que habría evitado las muertes ”, señalaron desde la CPM, a partir de los crudos testimonios recolectados de los sobrevivientes.
El terrible hecho de Esteban Echeverría superó incluso a las muertes ocurridas en la denominada “masacre de Pergamino”, luego de que en similar situación murieran siete jóvenes en una comisaría local, en marzo del año pasado. Allí, con la misma saña, los uniformados a cargo de la dependencia policial habían presenciado el incendio sin hacer nada al respecto. Por el caso, varios de ellos terminaron condenados a prisión.
“Se trata de la mayor masacre en la historia de las comisarías argentinas y, tal como venimos señalando, es el resultado directo del hacinamiento y la sobrepoblación, entre otros factores de violación de derechos en contexto de encierro, de una política criminal que persigue y encierra a los pobres”, agregaron desde la Comisión por la Memoria.
Foto: La Tinta.
El pasado jueves 15, según los testimonios coincidentes, no hubo “ni intento de fuga ni de motín”. Se trató tan solo de una protesta de los 27 detenidos debido a las condiciones de hacinamiento en el lugar.
La comisaría tenía ordenada una clausura judicial para alojamiento y ni siquiera contaba con la cantidad de plazas ni colchones para la mitad de ese número. “ Ahora se van a quemar como las ratas que son”, fue lo que escucharon mientras el fuego ardía, algunos de los sobrevivientes a la “masacre”.
“Para la CPM resulta urgente la necesidad de avanzar en las responsabilidades de los efectivos y autoridades de la Comisaría 3° así como de los funcionarios policiales de la departamental y funcionarios políticos y judiciales, considerando las graves circunstancias y acciones directas en esta masacre y también la ilegalidad del alojamiento de detenidos en esa comisaría por orden judicial”, enfatizaron desde la CPM, que actualmente está representando legalmente a los familiares de las víctimas.
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