El expresidente Alberto Fernández se presentó esta mañana a prestar declaración en el cuarto piso de los tribunales federales de la calle Comodoro PY. Es por la causa por presunta violencia de género iniciada por su expareja Fabiola Yañez. Fernández negó las acusaciones, pidió que se aparte el juez Julián Ercolini de la causa por falta de autoridad moral y contestó preguntas de su abogada.
En el escrito presentado, el expresidente argentino comenzó diciendo: “Quiero dar inicio a este capítulo de mi descargo, dejando expresamente en claro que jamás ejercí violencia física sobre Fabiola Yañez”. Luego, añadió que las amigas íntimas de Fabiola “afirman que nunca les dijo que yo la agrediera físicamente” y también que “el personal que prestó servicio en Olivos niega categóricamente haber presenciado u oído agresiones físicas de mi parte hacia la querellante”.
“No existe ninguna constancia médica de que haya reclamado atención por algún episodio de esa índole. Jamás, en dos años de tratamiento psiquiátrico en INECO, hizo mención a que padeciera agresiones físicas de mi parte aun cuando dedicó mucho tiempo de su terapia a explicitar nuestras desavenencias”, afirma Alberto Fernández.
EL exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner aseveró que “solo su madre, su hermana y la esteticista que la atendían se esfuerzan en sus relatos por dar veracidad a los dichos de Fabiola Yañez” y completó: “De las tres nombradas, dos están siendo sometidas a proceso denunciadas por falsos testimonios”.
SU ENEMISTAD CON EL JUEZ DE LA CAUSA
El escrito, que tiene más de 200 carillas, fue presentado ante el juez de la causa, al que quiere apartar y ante quien se negó a responder preguntas. Al respecto indicó que “Mi decisión de no responder preguntas que no provengan de mi abogada defensora, no tiene el objeto de no someterme a la verdad. Ocurre simplemente que, como ya he dicho, creo que el juez y el fiscal que aquí actúan carecen de condiciones éticas para juzgarme o acusarme”, argumentó.
“Pudimos leer después chats en donde quienes disfrutaban de la dádiva del Grupo Clarín buscaban artilugios para simular que aquel soborno no había existido. Esa causa, que debió tramitarse en Río Negro, se procuró y murió en Comodoro Py bajo el argumento de que la investigación se había iniciado con pruebas obtenidas ilegalmente (chats robados)”, refiriéndose al viaje que realizaron varios magistrados argentinos a Lago Escondido en 2022 con fiscales y directivos del Grupo Clarín, “Lo vi yo y lo vio toda la Argentina”, afirmó.
Sobre el fiscal González, el exmandatario dijo que tiene “el gusto” de no conocerlo, pero que “viéndolo actuar en este proceso y observando el modo como filtró información a la prensa para predisponer la opinión pública en mi contra, he tomado un mejor conocimiento de cómo actúa y de quién se trata”, aunque aseguró que se preocupó por conocer más sobre su historia y pudo saber que “ha debido enfrentar denuncias muy serias de su exesposa por hechos que habrían damnificado a sus hijas, y que de haber sido condenado no podría haber compartido alojamiento con la población carcelaria. También supe que, tras un largo proceso, y defendido por un actual ministro, fue repentinamente sobreseído“, cerró Fernández respecto a los funcionarios judiciales que los están juzgando.