El rompecabezas de la corrupción libertaria empieza a mostrar piezas que encajan con demasiada facilidad. Hace apenas tres meses, un concejal de Berisso escapado de LLA, rompía el silencio con declaraciones que lo distanciaban de ese espacio político. Hoy, en una entrevista radial, volvió a prender fuego a sus antiguos aliados, relatando cómo se le sugirió pedir retornos millonarios de dineros públicos.
La coincidencia con los recientes audios que comprometen a Diego Spagnuolo en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) dibuja un patrón difícil de ignorar: el modelo libertario que prometía “terminar con la casta” parece replicar sus peores vicios.
En su primera confesión pública, Daniel Del Curto, edil vecinalista que había acompañado a LLA en Berisso, contaba en FM Berisso Ciudad por qué había decidido dar un paso al costado. “Respeté la línea de La Libertad Avanza hasta que noté la corrupción que hay por individuos multidenunciados, por coimas, aprietes y barras bravas. Un asco, una barbarie”, disparaba entonces.
No se trataba de un portazo liviano: apuntó directamente contra figuras clave como Sebastián Pareja y Fabián Lagorio, denunciando prácticas de armado político que, según él, se reducían a negocios espurios antes que a proyectos de gestión.
Hoy su testimonio adquiere una gravedad mayor. Esta mañana, en Futurock, el “concejal con escrúpulos” relató con lujo de detalles una escena que pinta de cuerpo entero el funcionamiento de este engranaje.
Hablando de una partida de 68 millones de pesos que había ingresado al municipio, recordó cómo alguien le planteó de manera casi naturalizada que debía reclamar un retorno del 10%. “Si yo aceptaba, eran 3 millones 400 para mí y 3 millones 400 para el otro. Una locura, una negrada total”, confesó. Su respuesta fue un “no” tajante, aunque lo que más lo sorprendió fue la reacción del interlocutor: “¿Cómo se lo vas a regalar?”.
La crudeza de la anécdota expone un mecanismo que, según Del Curto, no es aislado ni excepcional. Es, justamente, el mismo modus operandi que empieza a emerger en los audios que comprometen a Spagnuolo en la ANDIS: retornos, porcentajes pactados, fondos que deberían destinarse a políticas sociales convertidos en botín de reparto.
SITUACIÓN “EN ESPEJO” CON ANDIS
La Agencia Nacional de Discapacidad, organismo sensible por su función de garantizar derechos a un sector históricamente postergado, quedó en el ojo de la tormenta tras conocerse conversaciones en las que su director hablaba de porcentajes de contratos y de cómo se distribuían los retornos.
El espejo con lo relatado por el concejal es inevitable: la misma lógica que él describe en Berisso parece calcada en el organismo nacional.
Lo más llamativo es cómo el discurso que sedujo a muchos dirigentes locales —“ir contra la casta, mejorar la economía, devolverle dignidad a la gente”— termina vaciado en la práctica por estas operaciones.
Del Curto lo había sintetizado meses atrás con una frase que hoy suena premonitoria: “Yo voté a Milei, no a Karina Milei, que vendía tortas por Facebook y ahora es la genia del armado. Esto fue una estafa para muchos”.
En Berisso, en la ANDIS, o en los múltiples episodios que comienzan a filtrarse, la trama parece repetirse: dirigentes designados sin arraigo territorial, denunciados por negocios turbios, exigencias de retornos como condición implícita para habilitar fondos.
Lo que en un municipio puede sonar a una transa local, en un organismo nacional adquiere la dimensión de un sistema organizado.
MODUS OPER“ANDIS”
El relato de Del Curto funciona como confirmación de que lo que hoy estalla a nivel nacional ya se palpaba en las bases. Los mecanismos de corrupción que él rechazó en su momento son los mismos que ahora se vuelven evidentes en organismos claves del Estado.
Y su decisión de apartarse, que en mayo podía parecer una pelea menor dentro de la interna libertaria, hoy cobra otra densidad: fue la advertencia temprana de que el “cambio” no era tal, sino la reedición de lo peor de la política argentina bajo un nuevo envase.
La Libertad Avanza había prometido “barrer con la casta”. Los audios de Spagnuolo y las declaraciones de este concejal arrepentido revelan que, en los hechos, lo que se barrió fue la ilusión de que la corrupción quedaba afuera.