El mal estado de la infraestructura en la provincia de Buenos Aires volvió a estar en el centro de las preocupaciones del sector agropecuario. Durante su primera reunión con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, la Mesa de Enlace no solo reiteró el incansable reclamo por la eliminación de retenciones, sino que también puso el foco en la paralización de obras clave, con especial énfasis en la Cuenca del Salado y el deterioro de las rutas bonaerenses.
Uno de los principales puntos planteados fue la falta de avances en los últimos tramos de la Cuenca del Salado, una obra de vital importancia para evitar inundaciones en el interior de la provincia. Andrea Sarnari, representante de la Federación Agraria, advirtió que “la paralización de las obras está agravando la situación”, y remarcó la urgencia de retomar los trabajos, ya que las lluvias intensas están afectando tanto a los productores como a la circulación del agua en la región.
Obras detenidas y fondos inmovilizados
Desde el Consejo del Salado, conformado por entidades rurales y la Unión Industrial Argentina (UIA), se alertó sobre el impacto de la interrupción en el tramo IV.2, que va desde Roque Pérez hasta el puente que conecta 25 de Mayo con Lobos. Según denunciaron, esto genera un cuello de botella que impide el escurrimiento del agua. Aunque existen fondos disponibles para continuar las obras, estos permanecen “dormidos” en el Banco Nación, generando un bloqueo que compromete la producción y la seguridad de la región.
A su vez, la infraestructura vial fue otro eje central de la reunión. Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, advirtió sobre el estado crítico de las rutas bonaerenses en un momento clave para el sector. “Es urgente que el Gobierno nacional priorice las inversiones en infraestructura para evitar desastres mayores en el futuro”, sostuvo, haciendo referencia también a los problemas logísticos vinculados a la hidrovía y al transporte de la cosecha gruesa.
La Mesa de Enlace coincidió en exigir una respuesta inmediata por parte del Gobierno de Javier Milei frente al deterioro de las obras que había sido declaradas como prioritarias. Aunque en su momento se reconoció la importancia de los trabajos en la Cuenca del Salado, los pagos comenzaron a demorar hacia fines del año pasado, hasta desembocar en la paralización total. Para los dirigentes rurales, el tiempo apremia y las consecuencias podrían ser irreversibles si no se retoman las obras de manera urgente.