Mauricio Beheran, vecino de La Plata, tenía un restaurant que, al igual que otros comercios, no resistió la embestida de la pandemia de coronavirus. Con algo de experiencia en conducción de remises, e impulsado por un amigo, decidió alquilar un taxi que, en un año y medio, se volvería su mayor pesadilla.
Según relató Beheran a INFOCIELO, el pasado 24 de agosto, el dueño del taxi, Ricardo Camino, junto a Daniel, otro de sus empleados, arribaron a su domicilio y lo intimaron a pagar 10.600 pesos, en concepto de dos días de trabajo.
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“Yo le expliqué que no hubo viajes y que no fui, porque no tenía la plata. Entre dichos y discusiones, se puso agresivo. Me empezó a pegar diciéndome que tenía que pagarle igual. Se me colgó del cuello y cuando quise entrar, me dio un golpe que me dejó inconsciente, en el piso. Con el empleado, comenzaron a patearme la cabeza. Todo eso lo sé por mi esposa que me lo relató. A ella, la empujaron contra el cerco para sacársela de encima y cuando vieron que empezó a salir sangre de mi boca, recién ahí, me dejaron de pegar. Cuando logré incorporarme, se fueron de mi casa amenazándome con sufrir consecuencias si no les pagaba”, contó el chofer a este medio.
Aquella golpiza, que le provocó fractura de mandíbula bilateral, pérdida de piezas dentarias y daño en las cervicales, además, repercutió en su vida familiar. De tener un trabajo y ser el sostén de su familia, pasó a un presente incierto que le genera gran angustia y preocupación.
“Realmente, estamos muy complicados, al borde de quedar en la calle, porque alquilamos. Mi señora trabaja cuidando a una nena, pero se le termina en un mes, y también, limpia casas. Hoy tenemos que pagar 32 mil pesos de alquiler y no sé cómo vamos a hacer, porque no puedo trabajar, no puedo hacer absolutamente nada. Según el traumatólogo, tengo nueve meses para ver si las cervicales se acomodan, y mucho más tiempo por lo de la mandíbula, porque necesito unas placas que cuestan cinco mil dólares, y, después, me tienen que operar”, detalló el chofer que tampoco cuenta con una cobertura médica por las irregularidades que tenía en su empleo.
Y luego, a la crítica situación, agregó: “Tengo mucho miedo, sé que me estoy poniendo un blanco en el pecho y en todos lados, porque pueden tomar revancha o pagarle a alguien para que me mate, porque si tuvieron el descaro de venir personalmente hasta mi casa, a hacerme lo que me hicieron, tranquilamente pueden mandarme a alguien para hacerme algo peor”.
Mauricio contó que, para mitigar este momento, sus compañeros lo apoyan e incluso, lo auxilian con mercadería. “Los de mi parada habitual, que es en 7 y 51, hacen colectas para ayudarme económicamente, me dan para la SUBE. También, me mandan mensajes por si necesito algo, por si tengo que hacer algún trámite o para llevarme al hospital”, refirió a este medio.
La causa
El pasado jueves, Beheran, junto a otros taxistas, cortaron la avenida 7, entre 56 y 57, para visibilizar el hecho en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 11, a cargo de Álvaro Garganta, y solicitar un cambio de carátula.
Sobre ese punto, el abogado que lleva la causa, Lucas Maggi, explicó a INFOCIELO: “Todavía está caratulada como lesiones leves con coacción, pero pedimos, por lo determinado por el cuerpo médico, que pase a lesiones graves. Lo que está en discusión, y queda hablar, es el tema de los agravantes o la calificación de las lesiones, por haber sido cometidas por dos personas”.
El letrado, indicó que, si bien aún no puede pedirse una prisión preventiva, afirmó que se encuentran tranquilos y que, tanto su trabajo, como el de la Fiscalía, “está siendo bueno”.
Por último, subrayó: “Hasta podríamos pedir una calificación mayor. El cuerpo médico ya determinó la fractura mandibular y la distensión de discos cervicales. Si esto le impide a Mauricio trabajar, por más de un año, será incapacidad permanente, y eso ya serían lesiones gravísimas”.
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