“Queremos hacer historia”. La frase se repite puertas adentro. Se repite con ganas, con liberación, con deseo. Se repite después de vivir la angustia, el sufrimiento, casi como si fuera un alivio. Se repite como quien sabe que lo peor ya pasó, que la verdadera presión ya quedó atrás, que todo lo que viene es por ganar… Es el factor de lo inesperado. Es la fórmula que le puede dar un plus al Lobo ante Unión.
Gimnasia no se imaginó estar hoy en Santa Fe enfrentando al segundo mejor equipo de la Zona A. No es peyorativo. Es la realidad: recién lo pensó contra Platense, luego de la victoria ante Vélez, cuando recién había asegurado su permanencia en Primera. Hasta ahí, salir de la zona de peligro era su misión, escaparle al peligro era su ley de vida. Por eso, ahora, como suele decirse, lo que viene es una especie de “yapa”, de premio, de recompensa.
“Puede ser que estén algo más liberados, sí”, dijo Fernando Zaniratto, el creador de este Gimnasia de la esperanza, por la forma en la que el equipo ganó ante Platense y se clasificó. Esa fue una prueba: el Lobo debía ganar para meterse entre los ocho, pero no sintió esa carga. Jugó con naturalidad y ganó con contundencia.

No sentirse en apremios para un equipo que estuvo cerca del pozo más oscuro es hoy el principal arma de este Lobo agazapado e ilusionado. Ya no juega por caer, juega por subir. Ya no especula para zafar, apuesta a ganar. Y por eso, ante Unión, puede ponerlo en práctica con esa liberación que no tendrá su rival, que por su realidad y su localía es el candidato, carga con la mayor presión.
Por eso, el Lobo buscará seguir sumando historia a esta linda historia (valga el juego de palabras) que generó con esta serie de triunfos consecutivos. Su mayor valor es la calma. Su mejor arma es la mochila que se sacó. Su mayor ambición es la que está por venir. Allá va Gimnasia, por el factor de lo inesperado, por aquello que ni el más optimista de sus hinchas pudo imaginar. No es poco…

