Lo que podría haber sido una historia de amor más, se llenó de épica cuando Marianela y Kevin que, durante años vivieron a 10 cuadras de distancia en La Plata, se conocieron en una playa paradisíaca en Asia mucho tiempo después. Ella fue por unas mini vacaciones luego de tomar un curso de yoga en India y antes de regresar a Barcelona a continuar sus estudios de teatro. Él, también estaba pasando unos días con su familia en esa playa en Koh Tao, tomándose un descanso de su trabajo como instructor de buceo en Indonesia.
Y aunque pronto advirtieron que ese encuentro iba a ser algo más que un amor de verano, no sabían que era apenas el primero de una serie de acontecimientos que cambiarían su vida, una y otra vez, en menos de 4 años. De una luna de miel en Indonesia que duró meses y el proyecto de un barco en Colombia, al de una familia sobre ruedas que planea recorrer la Argentina en motorhome. En diálogo con INFOCIELO, la platense contó como la decisión de salir con una mochila al mundo le cambió la vida.

Marianela Pereyra tiene 31 años, nació y creció en La Plata, desde muy joven soñaba con recorrer el mundo y, en el 2012, se animó a salir con la mochila al hombro. Primero fueron viajes cortos, idas y vueltas. Después, pasó una temporada en Perú a donde fue a probar suerte como bailarina y modelo y se terminó quedando cuatro años tras quedar seleccionada en un casting. Más tarde, Barcelona, donde pensaba estudiar teatro y vivir un tiempo. Todo parecía parte de una aventura personal, hasta que un giro inesperado la llevó a encontrarse con el amor de su vida en la otra punta del planeta.
Kevin Brunt, nacido en Viedma, también había pasado buena parte de su vida en La Plata. Allí se mudó a estudiar Educación Física y vivió durante casi una década, a apenas diez cuadras de la casa en la que Marianela vivía con sus padres. “Recién mucho después nos dimos cuenta de esa coincidencia, cuando ya estábamos juntos”, cuenta ella. El destino o el azaar, quisieron que ese encuentro fuera en otro espacio y otro tiempo.

Del teatro a la mochila: un viaje que cambió todo
En 2019, Marianela tomó la decisión que cambiaría su vida para siempre. Con el objetivo de costearse sus estudios de teatro en España, emprendió un viaje a la India para realizar un curso de yoga que luego le permita ser un medio de vida. “Siempre fui muy de ese lado, del yoga, el reiki. Quería tener una herramienta de trabajo para sostener mis estudios de teatro en España, que era caro”, cuenta.

Al terminar el curso, cruzó a Tailandia, donde planeaba quedarse poco tiempo, de hecho había dejado todas sus valijas en Europa de donde había partido solo con una mochila, y el objetivo de volver pronto a continuar su formacion en teatro. El primer destino fue la isla de Koh Tao. Lo que no imaginaba era que allí se iba a cruzar, cara a cara, con Kevin.

Se habían conectado antes por redes sociales, aunque casi no hablaban. Un “me gusta” en Facebook, un intercambio por Instagram con consejos de viaje, alguna recomendación sobre India, nada más. Pero esa tarde, caminando entre turistas, se reconocieron. Y la vergüenza inicial dio paso a una conexión que no se detuvo.
“Esa misma noche salimos a bailar y me lo chapé. Desde entonces no nos separamos. A los tres días ya estábamos conviviendo”, recuerda entre risas.
El ritmo intenso de los viajes aceleró todo: conoció a los hermanos de Kevin en esos días, incluso le dio clases de yoga a su madre. Lo que empezó como una aventura rápida se convirtió en una relación sólida. A la semana decidieron viajar juntos a Indonesia, donde Kevin residía y daba clases de buceo. Lo que no sabían era que el mundo entero estaba a punto de cambiar.

La pandemia y después
En marzo de 2020 la pandemia los sorprendió en una isla paradisíaca. “Nos quedamos todo el año en Indonesia, que fue un año de sueño porque allá no existió la pandemia. Teníamos esas playas hermosas para nosotros, fue mágico, como un año de luna de miel”, dice Marianela.
“Ni queríamos subir fotos a las redes porque nos daba culpa todo lo que pasaba en el mundo y nosotros estábamos como en una película”.
El dinero, sin embargo, empezó a escasear y decidieron moverse, así partieron hacia México, donde trabajaron en una isla hasta que surgió una idea aún más arriesgada: comprar un barco en Colombia junto a unos amigos argentinos. Mientras trabajaban en el proyecto, Marianela quedó embarazada de Alma, su primera hija.

“Ya no podía estar arriba del barco, me daba náuseas todo el tiempo. Se movía y yo no podía ni dormir”. El barco quedó atrás y la pareja se instaló un tiempo en Bariloche, en donde trabajaron un tiempo en un hotel. Finalmente, viajaron a Viedma, donde nació la niña que hoy tiene casi 3 años.


Lejos de frenar, la familia siguió recorriendo el mundo: México, Egipto, Sri Lanka, Tailandia. Pero, otro cambio venía a irrumpier en los planes. Marianela quedó embarazada de Milo. “Imagínate que invité a mis amigos a comer en Tailandia para tomarme un vino festejando que dejé de amamantar y a la semana me enteré que estaba embarazada“.

Y en ese contexto vivió una de las experiencias más fuertes de su vida: viajar sola a India, con Alma pequeña y Milo en la panza. “Fue muy especial porque él vivió todo eso desde adentro: rituales, ceremonias… yo lo disfruté un montón”, cuenta.

En diciembre de 2023 nació Milo en La Plata. Marianela confiesa que el segundo embarazo la hizo replantearse la rutina de viajes constantes. “Vengo de dos pibes sin descanso. Dejé de amamantar, invité a mis amigos a comer en Tailandia para festejar con una copa de vino y a la semana me enteré de que estaba embarazada. Amo viajar, pero en este momento necesito estabilidad, estar cerca de mi familia y tener contención. No es lo mismo viajar con uno que con dos hijos”, admite.

Una familia en movimiento: el sueño sobre ruedas
Aunque al principio Marianela quería quedarse en La Plata, terminaron instalándose en Viedma donde Kevin trabaja en la inmobiliaria de su padre, mientras ella se dedica a la creación de contenidos. Allí encontraron un poco de calma y un proyecto nuevo: compraron un bus para convertirlo en motorhome y empezar a recorrer el país. “Siempre nuestro sueño fue viajar en motorhome, pero yo me lo imaginaba sin hijos. Ahora lo vamos a hacer igual, primero por Argentina, porque no conocemos el país y tengo muchas ganas de recorrer el norte”.
“Después, quién sabe, capaz que en dos años nos pinta dejar todo y hacer toda América en un año”.

La historia, de todos modos, no se cierra ahí. Porque todavía quedaba un capítulo insólito: recuperar las dos valijas que había dejado en Barcelona cuando partió hacia India. “Las había dejado en lo de un conocido de una amiga, me fui con una mochilita pensando que volvía. Cuatro años después mi mejor amiga viajó a España y me las trajo a Argentina. Fue un flash: tenía toda ropa nueva, zapatillas que no había usado. Era como cerrar un círculo”, dice Marianela.

¿Destino o casualidad? Algunos asegurarán que dejó las valijas en España porque una parte de ella ya sabía que no necesitaba ese equipaje para la aventura que se avecinaba. Otros dirán que no, que el amor fue a primera vista y los atravesó sin premeditación ni aviso. Debates aparte, esta historia que parece de película promete una segunda vuelta.

De La Plata a Perú, de Europa a India, de Tailandia a México, de Colombia a Viedma, entre escenarios, playas y viajes, Marianela salió con una mochila en la que le entró el mundo, una pandemia, una familia y un regreso que no quiere echar raíces. Una historia de amor, viajes y destino que todavía sigue rodando.

