Un joven creador creador de TikTok e Instagram, de nombre Lionel Soto, llevó Dragón Ball Z, la famosa serie japonesa de Akira Toriyama, al conurbano bonaerense. La premisa es simple pero genial: un “rochito” de La Matanza se enfrenta al personaje Freezer con todo el léxico y la actitud típica del barrio, mezclando la épica de la saga original con el humor callejero.
Choque de mundos
El primer diálogo de “La Matanza Ball Z” muestra la identidad del protagonista:
EL VILLERITO DE LA MATANZA: “¿Qué vení a hacé quilombo aca, guacho?”
FREEZER: “Qué hace boludo, ¿cómo va a pegar así?”
EVDLM: “Y bue, ¿para qué vení a hacer quilombo entonces?”
Aquí Soto traduce la tensión de una pelea de DBZ a la cotidianeidad del barrio. La amenaza de poder se vuelve cercana y divertida.
Freezer trata de imponer su jerarquía:
FR: “¿Acaso crees que con un par de tatuajes y una gorrita podrás asustar al gran Freezer? Mándale saludos a San Pedro. Llegó la hora de tu muerte.”
Pero el rochito no se achica:
EVDLM: “¿Viste que sos re atrevido, guacho?”
FR: “Frente a ti se encuentra tu peor pesadilla, el super Sayajín. Con que este es el super villero Sayajín de La Matanza. Te duermo volando.”
EVDLM: “Deja de volar, amigo, ¿por qué no vení a pelear acá?”
El TikToker Soto transforma la épica de DBZ, donde los personajes lanzan ráfagas de energía, en un ida y vuelta cargado de humor y autenticidad barrial.
Del “quilombo” a la birra
La confrontación termina con una tregua muy del conurbano:
FF: “Bueno, está todo piola amigo, vamos a tomar una birrita acá a la vuelta.”
EVDLM: “Bueno, pero que sea la última vez porque si no te rompo la boca acá nomás. Ahora vos te vas a pagar la birra. Así que anda pensando a qué kiosquito vamo a ir.”
Incluso la aparición final de “la santurrona pu pu putona” bailando con ambos personajes remata la escena con un toque absurdo y entrañable.
Esta adaptación de Dragón Ball Z al lenguaje de La Matanza provoca risas y curiosidad, y lo hace demostrando cómo un relato japonés puede mezclarse con el humor de barrio, respetando códigos locales y creando un híbrido cultural auténtico.