Un operativo del Departamento Federal de Investigaciones (DFI) de la Policía Federal Argentina terminó este miércoles con la detención de un joven de 21 años en González Catán, acusado de publicar en redes sociales una amenaza de muerte contra el presidente Javier Milei. El procedimiento se realizó en el marco de las medidas de ciberpatrullaje que el Gobierno nacional sostiene para la detección temprana de hechos considerados de índole terrorista.
La investigación había comenzado a principios de septiembre, cuando la División Seguridad Presidencial de la PFA detectó un mensaje publicado por un usuario que operaba bajo el seudónimo Martiancorp. En aquella publicación, difundida en una reconocida red social, el perfil escribió: “El 8 de septiembre voy a matar al presidente de Argentina conocido como Javier Milei. Guarden este post, esto quedará para la historia de Twitter y de internet. Seré una leyenda”. La gravedad del texto activó inmediatamente los protocolos internos de la fuerza.

La alerta derivó en una denuncia formal ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 12, a cargo de Julián Ercolini, que instruyó a la División Delitos Constitucionales para avanzar en la identificación del responsable. Tras semanas de análisis técnicos y tareas de campo, los investigadores establecieron que detrás del perfil estaba un joven argentino de 21 años, cuya actividad digital se rastreaba hasta un domicilio ubicado sobre la calle Velazco, en González Catán.
Con esos datos, el Juzgado Federal Nº 1 de Morón, encabezado por Martín Alejandro Ramos, autorizó el allanamiento del inmueble. Durante el operativo, agentes de la PFA detuvieron al sospechoso y secuestraron una CPU, un router, un teléfono celular y otros dispositivos que serán peritados en el marco de la causa.
El acusado quedó a disposición de la Justicia por el delito de amenazas. El caso vuelve a poner en escena el rol del ciberpatrullaje, una herramienta que cobró impulso durante la gestión de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad y cuyo uso, para algunos excesivo, para otros imprescindible, genera debate en torno a los límites entre prevención, vigilancia y libertad de expresión en redes sociales.

