El último dosier estadístico del INDEC, titulado La transformación de la población argentina, traza un mapa claro del cambio demográfico que marcará las próximas décadas. Las proyecciones 2022–2040 muestran un país que crece poco, envejece rápido y tiene cada vez menos niños y niñas.
Entre 2001 y 2020, la población aumentó en promedio un 1,06 % anual, pero en los años que vienen el ritmo caerá a solo 0,16 % por año. La razón principal es la fuerte caída de la fecundidad, un fenómeno que atraviesa todas las provincias y se acelera desde 2015.
Cada vez menos nacimientos y maternidades más tardías
El informe muestra que la tasa global de fecundidad —la cantidad promedio de hijos por mujer— pasó de 2,4 en 2010 a 1,4 en 2022, ubicándose por debajo del nivel de reemplazo poblacional (2,1). Esto significa que, si no hubiera migraciones, las nuevas generaciones ya no alcanzan a reemplazar a las anteriores.
El cambio tiene múltiples causas: mayor acceso a métodos anticonceptivos, postergación de la maternidad, nuevos proyectos de vida y un descenso pronunciado de los embarazos adolescentes. Según el INDEC, para mediados de la década de 2030 podría registrarse un leve repunte, cuando las mujeres que hoy retrasan su maternidad decidan tener hijos.
Aun así, la tendencia es clara: menos nacimientos, más años de vida y una pirámide poblacional cada vez más envejecida.
Más personas mayores y nuevos desafíos de cuidado
El estudio anticipa que la proporción de personas de 65 años y más pasará del 12 % actual al 16,4 % en 2040. En paralelo, la población infantil (de 0 a 14 años) se reducirá del 22 % al 14 %.
Este cambio marca un punto de inflexión: Argentina será un país con más adultos mayores que niños, un fenómeno ya visible en regiones como la Ciudad de Buenos Aires o la Patagonia.
El aumento sostenido de la esperanza de vida al nacer acompaña esa transformación: para 2040 se proyecta que será de 78,7 años para los varones y 83 años para las mujeres. Aunque la pandemia de COVID-19 interrumpió momentáneamente esta tendencia, los datos muestran que ya se recuperó la esperanza de vida perdida.
Según el INDEC, este envejecimiento podría incrementar la demanda de atención médica, cuidados domiciliarios y servicios sociales especializados, al tiempo que exige repensar el rol del Estado y las políticas públicas de largo plazo.
Más población activa, pero con nuevos retos
Otro dato destacado del dosier es que crecerá la población potencialmente activa (entre 15 y 64 años): pasará del 66,1 % en 2022 al 69,3 % en 2040. Esto abre una ventana de oportunidad, aunque con desafíos: mejorar la formación, sostener la empleabilidad y acompañar los cambios tecnológicos y productivos.
El INDEC plantea que este “bono demográfico” podría aprovecharse para fortalecer el capital humano argentino, pero también advierte que el envejecimiento traerá una mayor carga de dependencia por parte de los adultos mayores, lo que obligará a repensar los sistemas de jubilación y cuidados.
Una población que cambia y obliga a planificar
El informe concluye que los cambios demográficos “abren un período de oportunidades y desafíos” para la Argentina. Menos niños, más adultos mayores y familias más pequeñas implican nuevas demandas de infraestructura, salud, vivienda y educación.
“La demografía —dice el INDEC— es una herramienta fundamental para anticipar tendencias y orientar decisiones públicas”.
Y en ese sentido, los próximos 15 años serán clave para definir cómo el país se adapta a una población más longeva y menos numerosa.
En números: cómo cambia la población argentina
- 1,4 hijos por mujer: es la tasa actual de fecundidad en Argentina, por debajo del nivel de reemplazo (2,1).
- 16,4 % de mayores de 65 años habrá en 2040, frente al 12 % actual.
- 69,3 % de población activa (entre 15 y 64 años) se proyecta para 2040, el nivel más alto de la historia.
- 83 años para las mujeres y 78,7 para los varones: la esperanza de vida estimada hacia 2040.
Fuente: INDEC – Dosier estadístico “La transformación de la población argentina”, octubre 2025.