Un video de la cuenta de TikTok “Los Mapas de Ale” detalla con profundidad las consecuencias de la privatización del ferrocarril Belgrano Cargas, específicamente en lo que respecta al uso de los impuestos de los ciudadanos para financiar el mantenimiento de las vías de carga que benefician a empresas privadas.
La explicación aborda cómo esta situación representa una problemática de fondo en la gestión de infraestructura ferroviaria en el país.
Ale, el autor de la explicación viral, plantea su punto con una premisa clave: “¿Por qué la privatización del Belgrano Cargas la vamos a terminar pagando todos ‘con la nuestra’ y eso es una pésima noticia?”.
Con este preámbulo, explica cómo el mantenimiento de las vías, una inversión que se financia con el dinero público, termina siendo explotado por intereses privados, especialmente en lo que concierne al transporte de arena para el desarrollo de Vaca Muerta.
Una explicación concluyente y convincente sobre la privatización del Belgrano Cargas y el costo para un Estado Bobo
LA ARENA Y EL DETERIORO DE LAS VÍAS
Para entender esta cuestión, el autor del clip recurre a un ejemplo concreto: En 2014, el ramal Moreno-Mercedes fue completamente renovado, mejorando el servicio de pasajeros al reducir cancelaciones y aumentando la capacidad.
Sin embargo, la situación comenzó a cambiar cuando el desarrollo de Vaca Muerta incrementó la demanda de un tipo de arena especial, transportada desde el puerto de Zárate hasta la Universidad de Luján. Esta arena, que es esencial para la producción de hidrocarburos, es cargada en trenes en Luján y transportada a través de las vías hasta Vaca Muerta.
“Apenas cuatro años después de renovar las vías, el servicio estaba impecable, pero comenzó a fallar el servicio entre Luján y Mercedes. Puntualmente en la vía ascendente”, explica Ale.
Según el video, el peso excesivo de estos vagones de carga comenzó a deteriorar las vías, afectando el tramo Luján-Mercedes: “Por eso puse esta imagen para poder constatar que de Mercedes a la Universidad de Luján tarda cuarenta minutos, mientras que al contrario tardas más de una hora”, ilustra, señalando la diferencia en tiempos de viaje dependiendo del sentido en que se circula porque uno trayecto va con peso pero vuelve liviano.
DOBLE COSTO PARA EL ESTADO
Una de las grandes preocupaciones que plantea en su análisis es el costo adicional que recae sobre el Estado cada vez que debe realizarse una renovación o reparación de las vías dañadas por el transporte de arena.
“Los tipos estos transportando arena nos arruinan las vías, después va el estado ‘bobo’ a arreglarla con la plata de todos”, señala.
Además, debido a los desperfectos generados, se prolongan los tiempos de viaje y se cancelan rutas, como la suspensión de trenes hacia Pehuajó.
Ale subraya que, si bien los privados obtienen beneficios de esta actividad, el Estado carga con los gastos de mantenimiento.
Por otro lado, cuando se produce un descarrilamiento, las compañías aseguradoras suelen responsabilizar al concesionario, quien a su vez culpa al Estado por la falta de mantenimiento de las vías. Como resultado, el Estado debe asumir los costos de la reposición de la mercadería, los arreglos de infraestructura y, en ocasiones, la reducción de servicios ferroviarios.
ESTADO BOBO: UN ETERNO CICLO DE CULPAS
El video concluye con una reflexión sobre el círculo vicioso en el que el Estado es obligado a cubrir tanto los daños ocasionados por los privados como las pérdidas de los servicios de pasajeros. “Por ejemplo, desde este viernes no va a haber más trenes a Pehuajó y te dicen, ‘no, es por seguridad o por costos. Las vías estaban nuevas hasta que lo arruinaron los trenes de carga… pero hay algo peor. ¿Qué pasa cuando descarrila un tren? La mercadería está asegurada por seguros privados, y esos seguros van contra el concesionario por no tener las vías en condiciones”, añade.
A fin de cuentas, este análisis evidencia una problemática estructural en la concesión de la red ferroviaria de carga. La privatización del Belgrano Cargas, como indica el informe, muestra cómo el Estado termina asumiendo gastos derivados de los intereses privados, y cómo, a largo plazo, es el contribuyente quien paga por la falta de inversiones en infraestructura adecuadamente gestionada.