Luego de la disparada del dólar, que llegó a superar los 23 pesos, la corrida bancaria puso en alerta tanto a inversores como a ciudadanos “de a pie”. Para pararlo, el Banco Central vendió el 7% de sus reservas internacionales en solo cinco días.
El alivio momentáneo fue comunicado en una conferencia de prensa por los hombres centrales en la economía del gobierno, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y el de Finanzas, Luis Caputo.
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Entre algunos de sus anuncios más importantes, se destacó la necesidad de seguir bajando el denominado “gasto público”, que significará aún más ajuste en una economía, la cual ya empieza a sentir un límite en este sentido. Como anticiparon los ministros, el recorte a la obra pública, sería una de los “gastos” a sacrificar a partir de la fecha.
Pero también, tanto Dujovne como Caputo ratificaron que la meta inflacionaria de 2018 se mantendrá en el 15%, pese a que desde un análisis sencillo, la mayoría pueda comprender que ante la suba del dólar, la moneda nacional pierde valor y con ello, el crecimiento de la inflación.
Pero desde el análisis de algunos economistas, esto no es inocente y esconde un plan para “seguir sosteniendo que los salarios no se vayan por arriba de lo pautado”.
“Lo que hace la provincia de Buenos Aires no es muy diferente a lo que planteó el gobierno nacional, en donde sistemáticamente tanto en el 2016 como en el 2017, subestimaron la inflación. Pero no por un error, o por una omisión, sino por una decisión estratégica de anclar los salarios ”, dijo en INFOCIELO, el economista Martín Pollera.
“Es decir, (ellos plantearon) vamos a poner una meta inflacionaria del 25% en el 2016, cuando la inflación fue del 41%. Así hubo una pérdida muy importante del poder adquisitivo”, recordó.
Para Pollera, esta situación se repitió durante el año pasado, cuando la meta de inflación rondaba entre el 2 y el 18%, pero finalmente terminó siendo de 25%. Todo indica que los augurios sobre el nivel de inflación de 2018, superará ampliamente el 18% marcado por el gobierno y sostenidos a raja tabla por los gobiernos provinciales, como el de María Eugenia Vidal.
“Esto pasó porque necesitan seguir sosteniendo que los salarios no se vayan por arriba de lo pautado. Esto es lo mismo que está haciendo la gobernadora en la provincia de Buenos Aires”, explicó el economista bonaerense.
Frente a este panorama, el ya impuesto Pacto Fiscal que impulsó el gobierno de la provincia busca controlar las finanzas de los municipios, en un escenario cada vez más adverso en la economía.
Sobre este tema, Pollera consideró que el Pacto Fiscal es “otra manera de condicionar a los municipios”.
“Es encorsetarlos en decirles cómo vas a gastar tus recursos. Pero no solamente para los municipios deficitarios, porque hay condiciones para los municipios superavitarios”, indicó.
Desde su percepción, el Pacto Fiscal “no solo pone techos sobre el gasto”, sino también “sobre los propios recursos” de los municipios. Sobre esto, sostuvo que hay un “desconocimiento de las heterogeneidades” que se dan a nivel municipal en la provincia.
“Buscan coordinar la política tributaria entre municipios que no tienen nada que ver, desde lo productivo ni de lo salarial o fiscal. No podemos comparar a La Matanza con Patagones”, dijo.
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