Una hábil jugada del kirchnerismo en la Cámara alta bonaerense expuso a Verónica Magario, que aún no pudo cerrar los entendimientos internos necesarios para definir a las nuevas autoridades del Senado.
Luego de la fallida sesión preparatoria —tras la jura de los nuevos legisladores no hubo acuerdos para avanzar en la definición de los cargos— senadores ligados a Cristina y Máximo Kirchner pidieron una última sesión, con un temario incómodo de esquivar para Axel Kicillof.
Entre los puntos propuestos figuran la creación del Centro de Industria Farmacéutica Bonaerense y de la Empresa Bonaerense de Emergencias en Salud, dos proyectos estratégicos para la gestión provincial que corren riesgo de perder estado parlamentario si no son tratados en el corto plazo.
El pedido, que lleva la firma de 11 legisladores —un número significativo para sostener la solicitud—, apunta a una sesión especial este martes, aunque para concretarse requiere la convocatoria de Presidencia con al menos 72 horas de antelación.
Hasta el momento, la titular del Senado no realizó ningún llamado y en los pasillos legislativos muchos dan la sesión por caída hasta marzo. Sin embargo, aún existe la posibilidad de que la convocatoria se concrete hoy y la sesión pueda realizarse el próximo jueves. “Todavía podría salir, aunque el margen es muy estrecho”, reconocen legisladores del kirchnerismo.
“Si hay un pedido, tiene que citar Presidencia”
Las dilaciones de Verónica Magario abrieron un sinfín de especulaciones en el clima de la Legislatura.
Desde algunos sectores opositores interpretan que el movimiento kirchnerista buscó forzar una negociación en privado. “Deben haber acordado algo para no hacer un papelón y por eso levantan la nota”, arriesgan. En ese sentido, explican que “si hay un pedido tiene que citar presidencia y no puede pasar de hoy”.
Otras voces, en cambio, sostienen que la postura de Magario responde a un pedido expreso para resistir los embates del camporismo y así evitar que el MDF de Kicillof quede relegado en el reparto de cargos como ocurrió en Diputados, aún con el riesgo de que se caigan proyectos importantes para la gestión.
En particular, genera preocupación la vicepresidencia primera, un lugar estratégico desde el punto de vista institucional por tratarse de la tercera línea de sucesión. Ese espacio es reclamado tanto por La Cámpora como por el Frente Renovador.
Mientras el kicillofismo apunta a imponer a la bahiense Ayelén Durán —senadora que dejó La Cámpora y se incorporó a La Patria es el Otro, el espacio del Cuervo Larroque—, desde el kirchnerismo duro comenzó a circular el nombre de Mario Ishii, bajo el argumento de darle mayor representación a los jefes comunales, una de las banderas del MDF. El Frente Renovador, con Malena Galmarini, también intenta proyectar un nombre propio.
A su vez, Sergio Berni mantiene expectativas, como quedó reflejado en la sesión preparatoria. Ante las maniobras para postergar la elección de autoridades, el exministro de Seguridad dejó a Verónica Magario a tiro de una denuncia penal, profundizando la tensión interna en un Senado atravesado por disputas de poder que, por ahora, mantienen en suspenso tanto la conducción del cuerpo como proyectos clave del Ejecutivo provincial.

