La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) denunció que, luego de la presión del gobierno nacional para limitar las subas salariales, varias de las principales cadenas mayoristas del país decidieron incumplir el acuerdo paritario firmado en abril. Empresas como Makro, Vital y Jaguar -afirmó la entidad- se niegan a aplicar los aumentos pactados y desde mediados de mayo enfrentan medidas de fuerza por parte de sus trabajadores.
Hay que recordar que el gobierno de Javier Milei no homologa el acuerdo al que habían arribado las partes por considerar que incluye recomposiciones salariales por encima de las pautas inflacionarias. En esa instancia también cabe destacar que la Provincia intervino y subsano en su jurisdicción dicha situación.
El convenio salarial establecía un incremento acumulativo del 5,4% en tres tramos trimestrales y sumas fijas de $35.000 en abril, $40.000 en mayo y $40.000 en junio —esta última a incorporarse al salario básico. Sin embargo, tras la negativa del gobierno a homologar el acuerdo bajo su política de subas no mayores al 1% mensual, varias cadenas se envalentonaron y comenzaron a desentenderse de lo firmado. Algunas pagan solo las sumas fijas, otras adelantan montos parciales sin ajustar salarios y otras directamente postergan cualquier liquidación a la espera de una habilitación oficial.
“Los acuerdos paritarios son el resultado de negociaciones entre partes y deben cumplirse, más allá de las demoras administrativas o la postura del gobierno. No vamos a permitir que los trabajadores sigan siendo la variable de ajuste”, advirtió Armando Cavalieri, secretario general de FAECYS.
La federación recordó que el propio acuerdo —en su artículo 10— obliga a los empleadores a pagar los aumentos como “anticipos a cuenta” aunque la homologación oficial se demore. Sin embargo, varias empresas desconocen esta cláusula y supeditan los pagos a la firma de la Secretaría de Trabajo, amparándose en la postura oficial para incumplir.
Como parte de este escenario de tensión, FAECYS denunció también que algunas empresas comenzaron a presionar a los trabajadores quitando beneficios, como el menú diario durante jornadas prolongadas, en un intento de desmovilización que el gremio calificó de “inadmisible”.