La Boleta Única reedita un viejo escenario. En 1987 y en 2003 en la Provincia se votó Gobernador separado de Presidente, pero no de diputados nacionales. Amén del Plebiscito constitucional de 1990, para encontrar una elección exclusivamente bonaerense para cargos electivos hay que remontarse al primer peronismo y el marco de las…vaya sorpresa (?) tensiones entre el Gobernador bonaerense y el Presidente de la Nación.
La sanción de la ley que establece BUP para las elecciones nacionales, deja a la Provincia de Buenos Aires a la intemperie con la tradicional boleta sábana, siendo que los otros distritos “grandes” (Buenos Aires ciudad, Córdoba, Santa Fe, Mendoza) ya la habían abandona hace años.
Pero esa soledad tiene un costo, porque de no adherir la Provincia a la BUP, tendrá para las elecciones legislativas del año próximo dos opciones: Elecciones concurrentes con dos urnas (como sucedió en la última elección en la ciudad de Buenos Aires) o elección para cargos provinciales en una fecha distinta a la de la elección nacional.
Esta última opción, que implicaría además un importante costo económico para las arcas provinciales porque debería el Estado bonaerense solventar en exclusividad el costo de la elección y no apoyándose en la Justicia Federal, no registra antecedentes en la historia política contemporánea (es decir desde 1983) excepto el Plebiscito convocado en 1990 por el entonces Gobernador Antonio Cafiero para que los bonaerenses se expresaran por sí o por no respecto a la reforma de la Constitución provincial.
Elecciones separadas: el antecedente de Domingo Mercante
Pero no fue esa una elección por cargos públicos sino un plebiscito (que ganó abrumadoramente el NO pese al respaldo de los entonces dos partidos mayoritarios en la Provincia, el PJ y la UCR). Para encontrar entonces un antecedente válido de unos comicios exclusivamente bonaerenses para cargos electivos hay que remontarse entonces a marzo de 1950, es decir 74 años atrás en ocasión de la elección para el cargo de Gobernador y Vicegobernador de la Provincia y renovación de la legislatura provincial.
Si bien en sus épocas de predominio, radicales y conservadores bonaerenses solían separar los comicios provinciales de los nacionales, esa elección en particular fue una “rara avis”. La reforma de la constitución nacional en 1949, autorizó además del Presidente y vicepresidente, la posibilidad de reelección inmediata para los gobernadores y vicegobernadores. En ese marco, se dispuso a través de una cláusula transitoria, una extensión de dos años del mandato de las autoridades provinciales para que la elección de renovación de mandato coincidiera con la nacional. Sin embargo, el mandatario bonaerense Domingo Mercante, rechazó esa opción y prefirió someter su continuidad a las urnas.
Mercante, un militar que fuera estrecho colaborador de Juan Perón en sus primeras actividades políticas, fue elegido en condición de tal, como candidato del peronismo (que todavía no tenía esa denominación) para la gobernación de la Provincia en febrero de 1946, llegando incluso a presidir la Asamblea Constituyente nacional en 1948. Sin embargo, su gestión provincial se diferenció sutil pero claramente de la nacional en diferentes aspectos y aunque nunca renegó de la conducción de Perón, en términos actuales diríamos que propuso nuevas canciones. Las consecuencias fueron contundentes. En noviembre de 1951 el peronismo repitió la formula nacional Perón-Hortensio Quijano, propuso la fórmula Vicente Aloe – Carlos A. Díaz como candidatos a Gobernador y Vicegobernador en la Provincia y Mercante pasó al ostracismo político.
La nueva (vieja) canción
Como suele suceder, las diferenciaciones de Mercante tenían varias motivaciones, primero probablemente su ambición de ser Presidente. Era el “sucesor natural” de Perón (la publicidad oficialista lo denominaba: “el corazón de Perón”) con las tensiones que eso siempre ha generado y genera en la política, pero, en segundo lugar, Mercante, a pesar de que había ganado ampliamente, debido a la particularidad del sistema electoral provincial, no tenía mayoría en la Legislatura (1) y eso, más allá de sus motivaciones, lo llevó u obligó a construir una política de consenso con la oposición radical, lo que, ostensiblemente, se diferenciaba de la grieta que reinaba a nivel nacional.
De todos modos, para esta última elección de ADN puramente bonaerense, tanto Perón como Evita (quien, dicen las crónicas de la época, puertas adentro se convirtió en su principal inquisidora) acompañaron activamente la postulación de la fórmula Mercante – José Luis Passerini (senador provincial del peronismo con orígenes radicales que reemplazó al anterior vicegobernador Juan Bautista Machado). En la oposición, la UCR presentó al entonces diputado nacional Ricardo Balbín como candidato mientras que los demócratas (el histórico partido conservador bonaerense que ahora lidera la Vicepresidente Victoria Villarruel) postularon a Orlando Williams Alzaga, el socialismo al ex intendente marplatense Teodoro Bronzini y los comunistas al sindicalista de la Carne, José Peter.
Precedida por el estridente boicot opositor a la Asamblea Constituyente el año anterior, la campaña fue breve y a tono con la época: mientras el oficialismo ponía sobre la mesa la monumental obra pública y social realizada en esos 4 años, enmarcada por supuesto en la etapa dorada del peronismo nacional, la oposición, sobre todo radical, martillaba en la falta de libertades, la censura y la persecución a la oposición. El día de la elección, fue detenido acusado de desacato e injurias a la autoridad presidencial Balbín y hay diferentes lecturas que se desprenden de ese episodio.
Primero que el “Chino” transformó esa debilidad en fortaleza y cimentó en su detención su ascenso dentro de la estructura partidaria lo que lo llevó a ser candidato a Presidente en 1951 y líder del radicalismo hasta su muerte treinta años después. Por otra parte, hay quienes consideran que Perón de alguna manera promovió que Balbín cumpliera la pena en la ciudad de La Plata, en el Penal de Olmos, para “empiojarle” a Mercante sus buenos vínculos con la UCR provincial y obstaculizarle así sus aspiraciones nacionales.
En cualquier caso, Mercante revalidó sus títulos y obtuvo casi medio millón de votos, lo que representaba casi el 58% de los sufragios emitidos (incluso unos puntos más de los obtenidos en su primera elección, aunque menos que en la constituyente). Muy atrás quedó la UCR con el 33,4% y sin registros relevantes los conservadores 4,5%, socialistas 2,7% y comunistas 1,7%.
Mercante asumió, completó su gestión que, hay coincidencia casi unánime de que fue de excelencia y no solo no volvió a ocupar nunca más cargos públicos ni partidarios, sino que él y sus principales colaboradores fueron, también en términos actuales, perseguidos por la Justicia bonaerense y por añadidura, con el Golpe de Estado de 1955, perseguido con mayor saña por el gobierno antiperonista a punto tal que tuvo que exiliarse. Olvidados los rencores, Mercante despidió a Perón en los funerales del viejo líder en 1974 y murió dos años después.
-
En la elección de 1946, Mercante (como Perón a nivel nacional) fue el candidato de distintas fuerzas políticas, siendo las dos principales el Partido Laborista, de origen sindical y una fracción yrigoyenista de la UCR denominada UCR-Junta Renovadora, pero en el tramo de las candidaturas legislativas ambos espacios fueron por separado y en la mayoría de las secciones del interior, la UCR se benefició de esa división quedándose con el primer lugar y la mayoría de los legisladores. En consecuencia, en el Senado, la suma de los senadores oficialistas era igual a la de los radicales.

