En uno de los momentos más frágiles para la gestión libertaria de Javier Milei, el Riesgo País se disparó hasta los 898 puntos básicos, su nivel más alto desde mediados de abril, tras la decisión del Gobierno de intervenir con el Tesoro en el mercado cambiario. El dato golpea de lleno uno de los principales indicadores que la Casa Rosada mostraba como una bandera de “éxito económico”, y llega a días de la elección legislativa en la provincia de Buenos Aires, el primer gran test electoral para el oficialismo.
La medida adoptada, que contradice los discursos liberales del propio Presidente y tensiona el acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), busca mantener el dólar bajo control hasta los comicios. En lo inmediato, las cotizaciones retrocedieron levemente, aunque la presión compradora se mantiene y las dudas sobre la sostenibilidad de la estrategia crecen.
“El Tesoro siempre pudo comprar o vender dentro de la banda, y ya lo venía haciendo las últimas semanas. Pero fue la señal explícita de que suman una herramienta más para manejar el equilibrio dólar-tasa preelectoral”, advirtió Fernando Marull, economista de FMyA. Según estimaciones privadas, la intervención de ayer rondó los 100 millones de dólares, a lo que se sumaron otros 30 millones operados por un banco chino durante el feriado estadounidense.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, justificó la decisión y remarcó que se trató de una operación puntual: “La política cambiaria está muy clara, está dada por nuestro programa con el FMI, donde hemos recapitalizado al BCRA, compramos dólares en el piso de la banda, vendemos dólares en el techo de la banda”. El funcionario aclaró además que “no se tocó un peso de las reservas ni uno del Fondo Monetario”.
Los analistas remarcan que la intervención tiene un carácter transitorio. “El anuncio lo leemos como un mecanismo meramente transitorio, para transitar el período previo a las elecciones, a efectos de contener la volatilidad cambiaria frente a posibles baches de liquidez”, señaló Eric Ritondale, economista jefe de Puente. Por su parte, Juan Manuel Franco, de Grupo SBS, destacó que si bien no hubo una corrida, sí se observaba una creciente presión compradora en las últimas semanas.
El mercado, en tanto, mostró señales mixtas. Los bonos en dólares sufrieron bajas de hasta 2%, aunque luego recuperaron parte de lo perdido. El dólar oficial minorista cerró en $1375 en el Banco Nación y el mayorista en $1361,15, mientras que los tipos de cambio financieros retomaron la tendencia alcista: el MEP avanzó a $1373,78 y el contado con liquidación trepó a $1377,75. El blue, en cambio, retrocedió a $1345. En la Bolsa porteña, las acciones cayeron 1,2% y los ADR argentinos en Nueva York también cerraron en rojo, reflejando la desconfianza que persiste en los mercados.
La decisión de jugar con el dólar en plena campaña abre un interrogante mayor: si la intervención es apenas un recurso electoral, ¿qué ocurrirá después de octubre? Tras varios meses en los que el tipo de cambio flotó dentro de las bandas acordadas y ahora bajo un control directo del Tesoro, el riesgo es que, pasado el ciclo electoral, se produzca un salto brusco en la cotización que derive en una nueva aceleración inflacionaria.