No fue una noche más para Estudiantes. Fue una bien caliente, con una derrota que pegó duro, porque dejó al equipo sin copas internacionales por la tabla anual y con una sola ficha por jugar para poder meterse en la Libertadores 2026: salir campeón del Clausura. Algo que, así como está hoy futbolísticamente, parece una misión más que complicada. Pero lo que también dejó la oscura noche en Victoria fue una charla entre Marcos Angeleri y Eduardo Domínguez, antes de que el DT bajara la conferencia de prensa, que disparó todo tipo de rumores.
La cuestión es que antes de que se conociera la noticia de que el entrenador del Pincha no iba a hablar con la prensa, Cielosports y otros medios captaron la charla del DT con el secretario técnico, el hombre que generó su llegada al club y hoy por hoy su principal sostén. De hecho, fue Angeleri el que habló hace una semana del futuro del entrenador marcando que, si bien no era tiempo de hablar de continuidad, de tomar esa decisión veía un panorama alentador.
El tema, claro, es que hoy ese horizonte parece lejano. La continuidad de Domínguez pende de un hilo, porque Estudiantes no pudo cumplir todavía ninguno de los objetivos previstos en este 2025. Y ahora, como al equipo, le queda una sola bala: primero clasificarse a octavos (algo que otra vez deberá jugarse ante Argentinos, el que le provocó en el Apertura la derrota más humillante del ciclo, en una clasificación milagrosa) y luego llegar a una instancia decisiva en los playoffs.
Ahora bien, ¿qué pasó en esa charla de Angeleri y Domínguez? Por lo pronto, de un lado y del otro descartaron que se haya tocado el tema de su continuidad. Es decir que en esa cumbre ocasional, con gestos serios y endurecidos, síntomas del difícil momento futbolístico, igual se transmitió una conversación normal, lejos de una discusión subida de tono.
Lo que está claro es que, si bien es una charla habitual, lo que le da otra valor es el escenario sobre la cual estuvo montada y la posterior reacción del entrenador de no hablar. Ni siquiera de dejar su mensaje de esperanza de cara a una última fecha en la que Estudiantes se juega el año. No hubo explicaciones de otra derrota dura. No hubo comentarios a otro planteo cuestionable. Ni tampoco respuesta a una formación que sorprendió y que otra vez obligó al DT a recalcular todo en el entretiempo, un (mal) síntoma repetido en este último tiempo.

Eso sí que fue extraño y marca, de alguna forma, que el semblante no es el mejor y que hoy el ciclo luce en su momento más difícil, con olor a final.
Un equipo que no ayuda
Está claro que en Estudiantes no todos están de acuerdo con la continuidad del entrenador, lo que marca a todas luces que ya no depende del deseo de Domínguez, quien previo a Tigre había dado señales de querer continuar. Pero esto choca contra la realidad: otra vez el equipo dejó la plena sensación de no responderle, como había pasado antes del cruce contra Flamengo, cuando a todas luces parecía un ciclo agotado. En definitiva, la actuación ante el Mengao fue la excepción y no un punto de partida, como el propio DT imaginó.
Contra Argentinos, entonces, el Pincha se juega más que una final por meterse en los playoffs. También estará sobre la mesa el futuro de Domínguez, que en otras situaciones similares y de manera presencial, siempre tuvo el respaldo de los hinchas. ¿Cómo será ahora?

