Contra reloj tras la renuncia del cabeza de lista, José Luis Espert, el oficialismo libertario busca argumentos para enroscar la fórmula lacerada que dejó el escándalo narco que salpicó a su lista, y podría anunciar en las próximas horas la entronización de Diego Santilli, hoy en el tercer lugar de la lista, al frente de la oferta electoral para la provincia de Buenos Aires
Sin más anuncio que especulaciones, esta tarde circuló una coartada perfecta, a la que podría recurrir LLA: se trata de un artículo reglamentario de la Ley Nacional Electoral que establece que, frente a la renuncia y/o incapacidad de un pre-candidato, “será reemplazado por la persona del mismo género que le sigue en la lista”, para lo cual faculta a la agrupación política y/o a la justicia electoral, a realizar “los corrimientos necesarios a fin de ordenarla respetando los requisitos de conformación paritaria”
El punto genera discusión, y no está exento de polémica: la norma busca una fórmula para salvaguardar el requisito de paridad de género, que no necesariamente entra en crisis en la reorganización de la lista de LLA con la renuncia de Espert. En todo caso, la dimisión de Espert dejará a la oferta electoral del oficialismo encabezada por una mujer, Karem Reichardt, pero la secuencia para abajo será de uno a uno. Margen para la interpretación, que, como tal, debería quedar en manos de la autoridad de aplicación de la norma, y no del partido.
La decisión del oficialismo parece más una necesidad política, que un mandato legal. En primer lugar, porque dudan de la fortaleza convocante de la ex actriz ahora conductora de la TVP para encabezar la nómina, pero, además, porque la entronización de Diego Santilli a la cúspide de la oferta reposiciona al PRO después del destrato que sufrieron los amarillos en la integración de las listas previo al cierre.
El otro punto de controversia, será la reimpresión de las boletas. Sin José Luis Espert como cabeza de lista, figura que, además, se trasformó en piantavotos en medio del escándalo, la Libertad Avanza buscará reimprimir las papeletas que se distribuirán en la provincia para las elecciones el 26 de octubre, una maniobra con beneficio para limpiar su propuesta, no exenta de contras: expondrá al oficialismo al complicado escenario de “gastar” dinero del erario público para un beneficio propio. Muy contrario a su remañido discurso de austeridad y de privilegios de la dirigencia política tradicional