Por GM. El dólar blue superó hoy la barrera de los mil pesos y desnudó la desesperación de vastos sectores de la oposición de cara a las elecciones que tendrán lugar dentro de dos semanas. La corrida no es esta vez la respuesta a un problema de la economía sino un producto de la más profunda miseria política cuyo impacto va directo al bolsillo de los trabajadores y de sus familias.
Así están las cosas, país: “cuatro vivos”, como los caracterizaron en el Gobierno nacional, licúan con un par de fajos de dólares, el esfuerzo de millones y los efectos de las políticas de alivio implementadas en las últimas semanas para bajar las cargas fiscales y volver a poner en marcha la rueda del consumo y la producción.
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Son tipos que prefieren perder unos pesos para generar miedo, minar las posibilidades de un candidato que salió indemne en dos debates y sueña con la remontada, y lograr el win win que significaría tener dos candidatos-empleados del circulo rojo tomando las decisiones económicas durante los próximos cuatro años.
En la otra vereda los piromaníacos le dan descanso a la motosierra y agitan bidones de nafta. Ramiro Marra, candidato a Jefe de Gobierno porteño, ni siquiera lo disimuló: “Hoy más que nunca: NO AHORRES EN PESOS. Cuida tu dinero, te costó mucho ganarlo”.
Antes, su jefe, Javier Milei, había respondido de manera similar una pregunta sobre el futuro de los plazos fijos. “Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende no puede valer ni excremento, porque esas basuras no sirven ni para abono”, dijo, recomendando sacar los ahorros de los bancos.
Si la economía se asienta sobre un juego de expectativas, como explican muchos especialistas, las que construyen Milei -principal candidato a presidente- y Marra -gurú financiero devenido en político- son malas y pesadas. Ninguno puede evadirse de la responsabilidad que les cabe por el impacto de sus declaraciones. Es tan obsceno el planteo que hasta los bancos se pusieron en alerta.
Pero otros pueden fingir demencia. En Juntos por el Cambio hay de esos. Hernán Lacunza, el último ministro de Economía de Mauricio Macri y endeudador serial de la provincia de Buenos Aires, fue uno. “El Gobierno secó el bosque. Milei hace las chispas”, escribió en Twitter, dando a entender que entregó, el 10 de diciembre de 2019, una economía saneada, con recursos abundantes para afrontar la pandemia y la sequía.
Como toda crisis es una oportunidad, Patricia Bullrich también encontró una veta. Ya convocó a una conferencia de prensa. Para no pasar papelones, como en el debate, se va a mostrar con Carlos Melconián, el hombre que “le puso” la Fundación Mediterránea -si, la de Cavallo, la del 1 a 1 y el corralito-, para manejar la economía en el caso de que llegue a la presidencia.
Como ya explicó INFOCIELO, la convocatoria a Melconián por parte de los halcones PRO generó preocupación en el peronismo. Escribíamos por entonces:
Bastaron cuarenta días para que ese presagio se convirtiera en realidad. No medió ninguna catástrofe. No hubo ningún estímulo externo, ningún cambio drástico en la economía real. Apenas el reacomodamiento de las piezas en el tablero de la política.
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