En los últimos veinte años, el modelo de gestión del club Lanús ha sido destacado como “modelo” dentro del fútbol argentino. La institución, que llegó a militar en la tercera categoría del fútbol argentino y estuvo cerca de desaparecer en los ’70, tiene un costado social más profundo que su historia deportiva. El ex presidente Nicolás Russo reveló los cuatro puntos que motorizaron el crecimiento, y por qué se oponen a un modelo gerenciado.
“Lanús es un club que en los últimos 20 o 30 años habrá vendido por 400 millones de dólares. Esa plata, ¿adonde fue? toda se invirtió en un proyecto educativo, en gimnasios, en comprar propiedades, en un estadio nuevo. Todo en el crecimiento del club. Y también en el proyecto educativo para 1.300 pibes, también en lo social”, dijo el actual diputado bonaerense en Parecemos Buenos Amigos.
“Ésta es la diferencia cuando quieren comparar a los clubes argentinos con los de Europa. Acá los clubes son social con fútbol, para decirlo de alguna manera. Se le da mucha importancia a lo social“, enfatizó el ex Presidente granate.
Y contó que el club le otorga al municipio de Lanús 7.000 becas anuales para que se repartan en los barrios más carenciados. Con esa beca, los jóvenes pueden acceder a las instalaciones del club, usar la pileta para refrescarse en verano o climatizada en invierno; desayunar o merendar de manera nutritiva; o hacer alguno de todos los deportes que ofrece la institución.
“Se las damos al intendente y la reparte en los barrios más carenciados. Son chicos que vienen al club y tienen acceso a una merienda digna. A una ducha de agua caliente, que en la casa no la tienen“, relató Russo. Enclavado en la ciudad más densa del conurbano sur, las facilidades del Granate adquieren una importancia aún mayor.
“Cuando se inunda la ciudad, el primer lugar que tienen para recurrir es el club Lanús. Los colegios, todas las instituciones públicas que necesitan, usan las instalaciones del club para hacer gimnasia. Tenemos 22 hectáreas parquizadas en el centro de la ciudad. Es para que las usen los vecinos y vecinas de Lanús, más allá del socio que quiere parcticar actividades”, afirmó el Diputado bonaerense.
Los cuatro parámetros de Lanús para evitar la desaparición y ser un club modelo
Pese a que hoy Lanús está señalado como club “modelo”, no siempre fue así. A finales de los años ’70, una fuerte crisis institucional lo dejó al borde de la quiebra, descendido a la Primera C y con apenas 2.000 socios. Fueron ellos los que lograron deponer a la comisión directiva y formar una nueva en asamblea. No sólo eso: veinte de ellos pusieron sus propiedades en garantía para evitar el remate de la sede social.
Nicolás Russo recordó ese momento crítico y señaló que, a partir de allí, se consensuaron cuatro lineamientos fundamentales para recuperarse.
- Uno: Ser un club social con fútbol.
- Dos: Alternancia de los directivos en los cargos. No podés estar más de dos períodos, tenés que dejar uno libre antes de volver a presentarte.
- Tres: Es el club de la ciudad y para la ciudad. Como curiosidad, el club Lanús se llamó así antes que la propia ciudad, que pertenecía al distrito de Avellaneda.
- Cuatro: El club es de los socios. “Vos en el club Lanús no podes tomar una decisión que exceda los tres años, que no pase por asamblea. Si vos querés hacer un contrato por cuatro o cinco años tiene que aprobarlo una asamblea”
Nicolás Russo: “Toda la parte social en el club es pérdida”
Pese a que el Gobierno Nacional prepara el terreno desde lo legal y presiona para que la AFA someta “a debate” la modificación de su estatuto para el desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), el fútbol argentino se muestra resistente a cambiar el modelo de gestión. “Hace más de 30 años que se viene peleando con esto, yo te puedo asegurar que no se va a votar la reforma”, señala el ex presidente de Lanús.
Mientras Javier Milei promete inversiones millonarias que generen éxitos deportivos y figuras de nivel una de las barreras que se encuentra es, justamente, el rol social y los deportes amateur que son el motor de las instituciones deportivas, pese a que en lo económico generan pérdida.
“Toda la parte social en un club es pérdida. ¿Vos crees que una sociedad anónima deportiva te va a bancar una pileta? Hoy perdés plata, porque tenés que tener la caldera prendida con lo que cuesta el gas”, explica Nicolás Russo. “O un proyecto educativo, donde el club tuvo que poner 3 millones de dólares y medio en su momento, en dos años, para la construcción de escuelas y demás”.
Pese a que cuentan con subvenciones, no alcanzan a cubrir el costo de mantener las 1.300 currículas que aportan al sistema educativo desde el jardín maternal hastsa el nivel secundario. Y los márgenes para aumentar la cuota social son escasos.
“La función del club no es ganar plata solamente. La función del club es que sea un buen colegio, que puedan ir los vecinos de Lanús, entonces vos tenés que hacer un club que sea acorde a eso. Las utilidades que te va dejando el club son para que crezca y para que la gente pueda ir. No podés hacer un club de élite”, concluyó Russo.