La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, con casi 14 puntos de diferencia frente al peronismo, desató un terremoto interno en el oficialismo y dejó al descubierto fracturas que venían incubándose desde el armado de listas. En ese clima, Daniel Parisini, más conocido como el Gordo Dan, volvió a ocupar el centro de la escena con una seguidilla de posteos cargados de críticas y reproches hacia dirigentes libertarios.
Lejos de bajar el tono después de su escándalo contra Luis Juez, el militante digital reapareció con mensajes directos hacia el presidente Javier Milei. “DT ordene YA el equipo. Acá seguiremos bancando HASTA EL FINAL. Pero ordene YA el equipo. Ordene el equipo y VENCEREMOS”, escribió en X, en un posteo que expuso tanto su fidelidad como su disconformidad con la conducción actual del espacio.
El blanco de sus ataques también incluyó a Maximiliano Bondarenko, electo diputado por la tercera sección electoral. El ex comisario había intentado marcar distancia en una entrevista pos derrota, al admitir que su madre jubilada no llegaba a fin de mes. Dan no lo dejó pasar: “El flamante diputado electo por La Libertad Avanza Maximiliano Bondarenko le suelta la mano a Milei y le atribuye la derrota electoral al plan económico del equipo que destruyó la inflación en la Argentina UN DÍA DESPUÉS DE LA ELECCIÓN”.
La artillería digital de Parisini sumó además la exposición de un candidato suplente en La Plata, quien habría compartido en sus “mejores amigos” de Instagram posteos burlándose de Patricia Bullrich y de Karina Milei. “Primer candidato a concejal de La Libertad Avanza suplente por la octava sección electoral, publicando esto en el día de hoy en mejores amigos de Instagram”, escribió junto a las capturas de las imágenes.
Cuando la derrota expone las fracturas libertarias
El fuego amigo se combinó con otro golpe inesperado: el periodista Esteban Trebucq, una de las voces mediáticas más alineadas al oficialismo, también deslizó cuestionamientos. “Los discapacitados que se estaban movilizando eran la gente de bien y el Gobierno se mostró insensible ante un sector indefenso”, afirmó tras la elección. Y fue más allá: “Lo conozco a Javier hace mucho y nunca lo vi, es un cachivache y un impresentable, no tiene crédito y la gente que lo sigue tampoco”.
El trasfondo político de esta catarata de ataques remite a una interna que nunca cicatrizó: la disputa por el armado de listas. En su momento, Karina Milei y Sebastián Pareja desplazaron a Santiago Caputo, el asesor presidencial más influyente en estrategia y comunicación. Pero con la derrota bonaerense consumada y el escándalo de la ANDIS golpeando a la secretaria general de la Presidencia, Caputo aparece fortalecido. En ese esquema, cada posteo del Gordo Dan funciona más como una pieza de presión calculada que como un exabrupto aislado.
La figura de Parisini, antes reducida a la de un militante digital, se convierte así en espejo de las tensiones internas del oficialismo. Su “despecho” tras haber quedado afuera de las listas se traduce hoy en un rol incómodo: el de fusilero que dispara hacia todos lados, pero cuyo verdadero blanco parece ser la disputa por el control político del mileísmo rumbo a octubre.

