El estruendo del impacto sorprendió a vecinos de González Catán que transitaban una zona con alto movimiento: allí dos patrulleros de la Policía Bonaerense chocaron violentamente entre sí y dejaron como saldo cuatro efectivos heridos, en un episodio que volvió a exponer los peligros de la conducción a alta velocidad en calles urbanas.
El siniestro ocurrió alrededor de las 17.20 de este martes en la intersección de Achupalla y Apipé, un cruce habitual para peatones, motos y autos particulares. Por causas que aún se intentan establecer, ambos móviles oficiales colisionaron en plena circulación, generando una escena caótica que pudo haber terminado en tragedia si algún vecino quedaba en medio del impacto.
A raíz del choque, cuatro policías sufrieron lesiones y debieron ser trasladados de urgencia al Hospital Simplemente Evita. Fuentes oficiales indicaron que se encuentran fuera de peligro, aunque el accidente reavivó fuertes cuestionamientos sobre la forma en que se desarrollan este tipo de desplazamientos en zonas densamente pobladas.
Más allá del resultado para los efectivos involucrados, el episodio encendió la preocupación por los riesgos que este tipo de maniobras implica para personas ajenas a cualquier situación policial. En horarios pico, una colisión de estas características podría haber involucrado a motociclistas, automovilistas o incluso peatones que nada tenían que ver con el hecho que motivó la circulación de los móviles.
Tras el accidente, se iniciaron peritajes y actuaciones administrativas para determinar responsabilidades y reconstruir la mecánica del choque. Mientras tanto, el hecho volvió a poner bajo la lupa la necesidad de revisar protocolos de conducción y evaluar hasta qué punto la velocidad y la urgencia justifican poner en riesgo la integridad de terceros inocentes.

