Durante los últimos quince años, la ciudad de La Plata vivió un proceso de expansión urbana que modificó radicalmente sus bordes, sus densidades y la vida cotidiana de cientos de miles de personas.
Sin embargo, el sistema de transporte público prácticamente no se movió del mismo lugar: recorridos desactualizados, frecuencias insuficientes, zonas enteras sin cobertura y horarios pico donde los colectivos pasan llenos o directamente no paran. Ese desfasaje entre una ciudad que creció y un sistema que no acompañó es el punto de partida del nuevo debate que se abre en el Concejo Deliberante.
La concejal de Unión por la Patria, Cintia Mansilla, explicó en diálogo con La Cielo qué implica el nuevo pliego que el Ejecutivo impulsa para licitar las cuatro líneas municipales. La iniciativa llega tras más de una década sin una revisión integral y propone una serie de cambios que combinan mejoras tecnológicas, extensión de recorridos y una nueva lógica de articulación entre las líneas municipales y las provinciales.
Recorridos que se estiran hacia los nuevos bordes de la ciudad
Uno de los puntos centrales es la ampliación de los recorridos en las zonas donde más creció la demanda. “Hacia el oeste —Romero, Olmos y todo ese eje— la ciudad explotó demográficamente y el transporte quedó atrás”, admitió Mansilla. Allí, la propuesta prevé un incremento del 14% en las trazas actuales, con extensiones que deberán pasar primero por una prueba piloto, una novedad para este tipo de licitaciones.
La edil también remarcó que en localidades como Sicardi, Arana, Correa o parte de la zona norte, “hay un micro por hora”, un nivel de cobertura que calificó como una de las deudas más urgentes del sistema.
Frecuencias críticas y horarios pico sin respuesta
Además de la extensión territorial, el diagnóstico apunta a los problemas de frecuencia, sobre todo en horarios escolares. “Los colectivos no paran porque vienen llenos y los chicos no tienen cómo llegar a la escuela”, explicó. El pliego propone reforzar los servicios en horarios pico y reorganizar los recorridos para priorizar escuelas, hospitales e instituciones públicas.
La modernización también incluye una apuesta fuerte por la digitalización. Si bien varias empresas ya tienen aplicaciones propias, el objetivo es crear una única app municipal con datos en tiempo real de todas las líneas: horarios, combinaciones posibles, localización de unidades y, algo clave, un canal de reclamos directo para los usuarios.
“El déficit histórico es que el Estado no tenía una herramienta unificada para controlar y sancionar. Ahora eso se incorpora como obligación del pliego”, explicó Mansilla.
Un nuevo orden para evitar que todo pase por el centro
Otro eje del proyecto es reorganizar la convivencia entre las líneas municipales y las provinciales. La idea es, en ese aspecto, que las líneas provinciales tengan recorridos troncales, por las avenidas principales de la ciudad, mientras las municipales se enfocan en recorridos “de cercanía”.
Esto busca evitar la saturación del casco urbano y facilitar la circulación entre localidades sin pasar por Plaza Moreno. Además, el pliego trabaja con la creación de “nodos estratégicos” que permitan conexiones directas entre barrios y servicios clave como hospitales.
Subsidios, costos y un contexto económico adverso
El debate ocurre en un marco económico delicado. Mansilla recordó que la provincia de Buenos Aires es hoy la que más aporta en subsidios, mientras Nación define la estructura de costos. En este contexto, sostuvo que la continuidad de los subsidios “es indispensable para garantizar conectividad en zonas donde el rendimiento económico es bajo”.
Finalmente, el pliego contempla la implementación de un boleto escalonado, que permitiría pagar el segundo boleto al 50% o incluso no pagarlo. La lógica es promover las combinaciones y facilitar los trayectos entre localidades distantes.

