Un brutal episodio de inseguridad volvió a estremecer a la zona oeste del conurbano: dos motochorros protagonizaron un raid violento que incluyó amenazas, golpes, disparos contra viviendas y una fuga temeraria que terminó con ambos detenidos en Hurlingham.
El hecho ocurrió cerca de las 13 en la calle Defensa, en Haedo, cuando una repartidora de 51 años que circulaba en su Kawasaki Z400 fue seguida por dos ladrones a bordo de otra moto. La interceptaron en la esquina de Primera Junta con una violencia extrema: la arrastraron, la golpearon y la amenazaron para sacarle el vehículo. La víctima intentó resistirse, pero los delincuentes la redujeron en plena vía pública.
La escena que vino después desató el pánico entre los vecinos. Con gritos, pedidos de ayuda y gente asomando desesperada, los motochorros respondieron a los tiros. Más de diez disparos quedaron marcados en paredes, ventanales y frentes de casas. Ni la verdulería de la esquina se salvó. “Fue una lluvia de balas”, relató uno de los testigos.
Cuando escapaban con la moto robada, un verdulero que pasaba en su VW Polo rojo decidió actuar por impulso: aceleró para cerrarles el paso y terminó embistiendo a uno de ellos. La maniobra, sin embargo, lo dejó fuera de control y su auto se estrelló contra un árbol, destrozando el frente del vehículo. Aun así, los delincuentes lograron continuar la fuga.
Terror en Haedo: motochorros desatan una lluvia de balas y terminan capturados tras una fuga salvaje
Mientras la Policía Científica analizaba la escena, la clave apareció en el celular de la mujer: el localizador satelital de la moto seguía activo. Esa señal llevó a los investigadores hasta una vivienda en la calle Juan de Landara, en Hurlingham. Con autorización del fiscal Claudio Oviedo, se montó un allanamiento de urgencia. Allí estaban los dos sospechosos y las dos motos: la robada y la que usaron para atacar.
QUÉ DIJO LA VÍCTIMA
Sol, la víctima, reconstruyó el horror con la voz quebrada: “Me tiraron dos o tres tiros a mí, y el resto para todos lados. Para los vecinos, para la verdulería. Fue una locura”. Aún conmocionada, agregó: “Perdí la libertad. Estoy viva de milagro. Espero que los que tienen que hacer algo, lo hagan, porque nos están matando”.
Los detenidos quedaron a disposición de la Justicia, acusados de robo agravado, abuso de arma y tentativa de homicidio.

