La noticia se instaló rápido entre médicos y pacientes del sistema público: el doctor Carlos Cotti, reconocido cirujano cardiovascular del Hospital El Cruce–Néstor Kirchner y referente en La Plata, quedó sin el instrumental que necesita para operar. No fue una pérdida técnica ni un equipamiento dañado. Fue un robo callejero, de esos que se cuentan a diario, pero cuyas consecuencias esta vez ponen en pausa cirugías vitales.
El hecho ocurrió en la esquina de 13 y 39, en pleno centro platense. Cotti había estacionado su auto por unos minutos y, al regresar, encontró una de las puertas forzada. De todo lo que había dentro del vehículo, los delincuentes se llevaron únicamente un bolso: el que contenía sus lupas microquirúrgicas personalizadas.
No se trata de un accesorio más. Son herramientas diseñadas a la medida de su vista y de su técnica, indispensables para realizar trasplantes de pulmón y cirugías cardiovasculares que requieren precisión milimétrica. Su valor económico ronda los 3.500 dólares, pero su valor real está en la vida de quienes esperan una intervención.

“Son mis ojos en el quirófano”, resumió el especialista, todavía conmocionado por lo sucedido. Sin ese equipamiento, los procedimientos programados en El Cruce y en hospitales platenses quedan condicionados. Y los tiempos médicos no siempre toleran demoras.
La Policía abrió una investigación, pero la comunidad médica reclama algo más urgente: difusión. Porque las lupas robadas no tienen utilidad comercial para quien las encuentre o intente venderlas. Solo sirven en manos del profesional para el que fueron hechas.
Por eso, el pedido es concreto: si alguien las ve publicadas en redes, ofrecidas en algún comercio o simplemente las encuentra abandonadas, piden que se devuelvan. Un gesto que puede restaurar la cadena que salva vidas.
Cotti dejó un contacto para recibir cualquier información que permita recuperarlas. A veces, una nota, una foto o un mensaje pueden ser el primer paso para que un trasplante vuelva a ser posible.


