La “Madre de todas las Roscas” volvió a funcionar como una maquinaria de acuerdos lentos y silenciosos en la Legislatura. Con aval unánime, Alejandro Dichiara retomó la presidencia del cuerpo y se definió un esquema de seis vicepresidencias que incluye representantes de casi todo el arco político: peronistas, radicales, libertarios dialoguistas, un libertario alineado a LLA y un dirigente del PRO. La novedad es que, a diferencia de otros años, todos tendrán el mismo rango, sin jerarquías internas. Esta moneda de negociación, en la que se convirtieron las vicepresidencias, habría terminado de destrabar todo.
Detrás de esa votación sin fisuras se puso en marcha el movimiento clave: despejar el camino para tratar el endeudamiento solicitado por Axel Kicillof, presentado por el Ejecutivo como “financiamiento” para la Provincia. La decisión de resolver la conducción de la Cámara antes de la discusión fiscal buscó neutralizar tensiones que amenazaban con escalar.
En la Legislatura reconocen que pocas veces se vio una maniobra semejante: adelantar el reordenamiento interno para garantizar una sesión ordenada. ¿La razón? Evitar que sectores del PRO y de La Libertad Avanza —que amagaron con montar un escándalo si no se atendían sus reclamos antes de debatir el endeudamiento— patearan la discusión una vez más.
MAYORÍAS, RESISTENCIAS Y NÚMEROS FINOS
Pese a que el PRO y La Libertad Avanza ratificaron que votarán en contra, el oficialismo logró tejer una red de apoyos que lo deja virtualmente a las puertas de conseguir los dos tercios necesarios. A los 37 diputados de Unión por la Patria se suman los 15 radicales, los tres integrantes de la Coalición Cívica, los tres de Nuevos Aires y los seis de Unión y Libertad En total, serían 64 votos, dos más que el mínimo requerido.
“Si alguno se baja a último momento, tenemos la opción de algún faltazo de los negativos”, soltó un diputado metido en la negociación. La falta de diputados que voten en contra le juega a favor al oficialismo dado que la Ley sale con los dos tercios de los presentes.
Ese respaldo se selló con compromisos de peso: cargos en el directorio del Banco Provincia (se mantienen las 8 sillas, pero se suman cargos administrativos), lugares en organismos bonaerenses y un esquema de fondos para los municipios. Con ese paquete negociado, Kicillof podría obtener la autorización para endeudarse hasta un máximo de US$ 3.045 millones sin necesidad de contar con el PRO.
El foco ahora está puesto justamente en ese espacio. El sector referenciado en Diego Santilli mantiene una postura más dura, mientras que el que responde a Cristian Ritondo analiza si vale la pena acompañar.
La tensión aumentó cuando Sebastián Pareja, titular de LLA bonaerense, advirtió que sería “un baldazo de agua fría” que el PRO avalara la “locura” del endeudamiento.
El armador libertario designado por Javier Milei en la Provincia apuntó con dureza contra el oficialismo y cuestionó el rumbo económico que plantea Axel Kicillof. Aseguró que su primera reacción ante el pedido de endeudamiento “no es política”, sino “una sensación de impotencia, de bronca, de lástima, porque una provincia tan rica, bien administrada, somos conscientes que no tendría que estar atravesando momentos de estas características como para endeudarse de la manera que pretende endeudarse”. Para Pareja, el gobernador “está atrasado en el tiempo” y recurre a “métodos de trabajo que lo que hacen es endeudar a la provincia y no solucionar los problemas de fondo”. En ese sentido, sostuvo que el plan carece de proyección: “Si ustedes me dicen que detrás hay un plan a partir del cual en dos años estamos viendo que se ha realizado la Provincia, no va a ser así”.

El dirigente además advirtió que el oficialismo busca avanzar con la toma de deuda “aprovechándose de mayorías muy relativas”, con el objetivo de votarla “antes del 10 de diciembre” y con un Congreso que está por cambiar. Señaló que lo que viene es “un agujero negro de vuelta en todos los bonaerenses, una deuda que se va a tomar de manera injustificada”, en un debate que ocurre “entre gallos y medianoche”. Pareja metió presión hacia los bloques opositores —en especial el PRO— al remarcar que “la política no ha entendido el voto que tuvo el bonaerense en septiembre y en octubre” y que quienes acompañen el endeudamiento “no han entendido” el mandato social. “Es ver cómo los actores se aprovechan de las herramientas que les da la democracia, y así nos vamos”, cerró.
LA INGENIERÍA POLÍTICA DETRÁS DEL ACUERDO
Si la suma final no alcanza, el oficialismo tiene un plan alternativo: disminuir el umbral persuadiendo a diputados opositores de evitar la sesión. Las ausencias, más prolijas que un voto afirmativo, bajarían el número necesario para llegar a los dos tercios. Aun así, en Calle 6 prefieren que la aprobación llegue con acompañamiento pleno de los bloques no alineados a PRO–LLA.

El entendimiento incluyó un punto central: la creación de un fondo directo para municipios de $250.000 millones, más la discusión de un esquema complementario para obras, similar al histórico Fondo de Infraestructura Municipal. Este mecanismo terminó de destrabar conversaciones que se habían paralizado por reclamos cruzados.
Otro eje fue la ampliación del directorio del BAPRO, algo que muchos no quieren para no quedar expuestos como “castas”. Todas las fuerzas buscaron mejorar su posición y esa pulseada absorbió gran parte de la negociación. La posibilidad de asegurar sillas para cada bloque empujó a varios a comprometer su voto. La posibilidad de no tener que cambiar la ley del directorio BAPRO y crear cargos administrativos en las sombras les cayó mejor a todos.
RUPTURAS, TENSIÓN INTERNA Y LO QUE VIENE
En medio del clima de definiciones, el bloque Somos Buenos Aires se habría desecho. Las legisladoras referenciadas en Facundo Manes, Viviana Diroli y Nazarena Mesías, podrían anunciar su salida tras fuertes discusiones internas y anticiparon que no apoyarán el endeudamiento tras una acalorada discusión con el jefe del bloque Matías Civale. Con esa fractura, la oposición más dura rozó los 30 votos para intentar bloquear el proyecto.
A esto se suma la crisis de confianza entre Kicillof y Fuerza Patria, sector que reclama mayor consideración en el reparto de espacios. El gobernador buscaba instalar a Mariano Cascallares en la presidencia de Diputados, pero la Legislatura mantuvo los acuerdos preexistentes y dejó ese rol en manos de Dichiara, que cambiará con Alexis Guerrera el mando a fines de 2026.
Si los acuerdos se sostienen, Kicillof obtendrá el endeudamiento que viene reclamando y se llevará un aval político clave antes del recambio legislativo. Con todo por verse, a las 15 sesionan Diputados y luego Senadores para darle una alegría a Kicillof.

