El 3 de diciembre se celebra el Día del Médico en Argentina y en varios países de Latinoamérica, pero la fecha no fue elegida al azar. El origen se remonta a la figura del médico cubano Carlos Juan Finlay, pionero en descubrir que el mosquito Aedes aegypti era el transmisor de la fiebre amarilla. Su hallazgo cambió para siempre la medicina preventiva y sentó las bases de la lucha antivectorial moderna.
Aunque su teoría fue inicialmente rechazada, décadas después se comprobó que tenía razón. Ese reconocimiento permitió combatir epidemias, salvar miles de vidas e incluso viabilizar obras históricas como el Canal de Panamá.
En Argentina, la celebración quedó oficializada en 1956, cuando el gobierno nacional adoptó el 3 de diciembre como fecha del Día del Médico tras el aval de la Confederación Médica Argentina y el Colegio Médico de Córdoba.

Quién fue Carlos Juan Finlay y por qué cambió la historia de la medicina
Carlos Juan Finlay nació en 1833 en Camagüey, Cuba. Estudió medicina en Estados Unidos y se especializó en epidemiología en Europa. Su trayectoria estuvo marcada por una obsesión científica: entender cómo se transmitía la fiebre amarilla, una enfermedad devastadora en América.
En 1881, durante la Conferencia Sanitaria Internacional de Washington, presentó su teoría:
el mosquito Aedes aegypti era el único vector capaz de transmitir la fiebre amarilla.
Junto a su colaborador Claudio Delgado y Amestoy realizó cientos de experimentos y desarrolló métodos de inoculación para demostrarlo. Aunque la comunidad científica lo rechazó durante años, en 1900 la Junta de la Fiebre Amarilla del coronel Walter Reed confirmó su hipótesis. A partir de ahí comenzó la erradicación sistemática del mosquito y el descenso sostenido de la enfermedad.
Finlay también formuló las bases de la actual lucha antivectorial y sentó criterios modernos de prevención sanitaria. Murió en 1915, dejando un legado científico que impulsó las políticas de salud pública en todo el continente.
Por qué Argentina celebra el Día del Médico cada 3 de diciembre
En 1953, la Confederación Médica Panamericana propuso homenajear a Finlay estableciendo el Día de la Medicina en las Américas en la fecha de su nacimiento. Tres años más tarde, el Gobierno argentino oficializó su adhesión mediante el decreto 11.869 del 3 de julio de 1956.
Desde entonces, el país reconoce en esta jornada la labor de quienes sostienen el sistema de salud, tanto desde la atención hospitalaria como desde la investigación científica, la docencia y la prevención.
El legado que continúa: el aporte de las instituciones locales
En la actualidad, universidades e institutos de investigación —como CENEXA en la Facultad de Medicina de la UNLP— continúan esa línea de trabajo combinando ciencia, ética y compromiso comunitario. Sus investigaciones en áreas críticas de la salud buscan no solo generar conocimiento, sino también aplicarlo para mejorar la calidad de vida de la población.

