Entra al estudio sin apuro y con la mirada de alguien que viene caminando desde muy lejos. Fabricio Heider, director, guionista y nacido en La Plata, se sienta frente al micrófono y apenas respira antes de decirlo:
“Animals puede ser el primer live action argentino en la historia en llegar a la shortlist de los Oscar. Eso ya es una locura.”
Su cortometraje (crudo, oscuro, físico, y que te deja sin aliento) figura entre los 207 seleccionados por la Academia en la “long list” de Live Action Short Film (corto de acción).
En esa marea internacional hay producciones de Asia, Europa, Medio Oriente, Estados Unidos, Oceanía. Y en medio de todo eso, un film platense, filmado sin subsidios y con un presupuesto que en Hollywood no alcanza ni para un almuerzo.
“Lo hicimos con 14 mil dólares. Para un corto de guerra es una cifra ridícula. Pero yo quería que existiera igual.”
“QUERÍA HACER GUERRA, GUERRA DE VERDAD, LA QUE NO TE DEJA PESTAÑEAR”
Heider recuerda que la historia empezó mucho antes de elegir Malvinas.
“Yo tenía claro que quería hacer algo de guerra. Pero de guerra real. No limpiita, no prolija. Guerra donde si pestañeás un segundo te morís.”
Habla con las manos. Marca ritmos. Describe planos como si los estuviera viendo ahora.
“No buscaba reconstrucción histórica. Buscaba adrenalina. El cuerpo contra el mundo. La respiración cortada. Ese momento en que entendés que estás solo.”
La guerra, para él, era el escenario ideal para forzar a un personaje al borde del colapso. Después, mucho después, llegó la pregunta que definió todo:
“Si tengo mi propia guerra… ¿por qué no contar algo argentino? Ahí aparece Malvinas. Pero no como bandera. No como épica. Como contexto humano“. A pesar de que explícitamente él reconoce la soberanía argentina sobre las islas, su enfoque para el cortometraje era de carácter global.
LA PLUMA DE UN ASTROFÍSICO Y EL BARRO DE LA TRINCHERA
El guion lo escribió con su colaborador habitual, Gustavo Esteban Romero.
“Gustavo es astrofísico, filósofo, un crack. Él trae ideas grandes. Conceptos. Preguntas. Yo después agarro eso y lo meto en la trinchera: dos tipos llenos de barro, con miedo, con segundos para decidir.”
Su método de trabajo suena más a laboratorio que a sala de guionistas.
Romero plantea el dilema filosófico. Fabricio lo baja al hueso.
“El corazón de Animals es el instante en que dos soldados enemigos se encuentran y aparece algo que no debería aparecer. Humanidad en el peor lugar posible.”
CUATRO MINUTOS QUE TE ARRANCAN EL AIRE
La primera secuencia define el tono.
“Son cuatro minutos sin respirar. Pura guerra. Oscuridad de verdad, no de estudio. Barro, tiros, jadeos. Quería que el público se quedara duro en la silla.”
La decisión estética fue radical: nada de filtros heroicos, nada de música que alivie, nada que acomode al espectador.
“No hay tiempo para acomodarse. Si ellos no pueden, vos tampoco.”
Lo que sigue después no lo cuenta. No spoilea. Pero sonríe cuando le mencionamos la tensión que el corto deja en el aire.
“El gran giro viene cuando aparece el tercero. Ahí entendés todo. Entendés el título. Entendés de qué animales hablo.”
HOLLYWOOD NO PERDONA: NORMAS, ESTRENOS Y UNA CARRERA IMPLACABLE
Para competir en los Óscar, el camino es largo y técnico.
“Tenés que estrenar en salas estadounidenses, cumplir parámetros exactos de formato, sonido, duración. Nada puede fallar. Después subís todo a la plataforma de la Academia y ahí empieza otra película.”
Los votantes, explica, son solo los de la rama de cortometrajes.
“Ellos tienen que ver sí o sí un mínimo de 15 cortos para poder votar. Está todo regulado al detalle.”
Lo más llamativo:
“Está prohibidísimo pedir el voto. Prohibido. Ni por mensaje, ni por mail, ni por redes. Nada. Si vas contra eso, te descalifican. Es muy estricto.”
UN CORTO SIN SUBSIDIOS QUE APUNTÓ A LA CIMA
Heider no esquiva el tema del financiamiento. Lo dice con franqueza:
“No hubo subsidios. No hubo ayuda del Estado. No hubo canales, ni municipalidad, ni provincia. Fue todo privado y chiquito. Pero eso me dio libertad total.”
Y enseguida marca una grieta que ya lo incomoda hace tiempo: su relación con la industria local.
“La industria argentina me expulsó. Así como te lo digo. Y lo más increíble es que en el festival de Mar del Plata me dejaron afuera porque el corto no había sido estrenado en la Argentina. Después cambiaron la regla… pero ya estaban las puertas cerradas.”
La risa que suelta detrás de esa frase no es de alegría: es de alguien que ya vio esa película.
EL ANIMAL QUE APARECE CUANDO TODO ESTÁ ROTO
No importa cuántas veces se le pregunte por el mensaje, Fabricio Heider vuelve al mismo punto: la condición humana.
“Animals no es sobre Malvinas. No es sobre Inglaterra. No es sobre política. Es sobre lo que queda cuando todo alrededor se cae. Qué hacés. Qué elegís. Qué te queda adentro.”
Habla del “tercer personaje” como si fuera un fantasma.
“Cuando aparece ese tercero, aparece la parte más cruda del ser humano. La parte que no tiene reglas, ni moral, ni códigos. La parte que te puede matar sin pestañear.”
Ese momento (que no revela, pero que generosamente permitió observar en una función privada a este cronista), es el que más lo enorgullece.
“Ahí está la tesis del corto. Ahí entendés todo.”
DE LA SALA PLATENSE A LA “SHORTLIST”: EL OBJETIVO DEL 16 DE DICIEMBRE
La fecha que repite es una sola:
16 de diciembre.
Ese día la Academia anunciará cuáles son los 15 cortos que integran la shortlist.
“Ese es mi sueño. Ni ganar, ni viajar, ni nada de eso. Estar entre los 15. Ser el primer live action argentino en la historia en llegar ahí.”
Le preguntamos qué significa Malvinas para él dentro de este film. No duda. “Son argentinas“, dice y aclara:
“En esta obra únicamente funciona como contexto. Nada más. Lo que me interesa es mostrar humanidad donde no debería haberla. O inhumanidad donde uno espera un poco de luz.”
EL SUEÑO QUE YA EMPEZÓ
Antes de despedirse, Heider deja una frase que podría ser el final perfecto de su propia película:
“Animals habla de lo que somos cuando estamos al límite. De lo que aparece cuando la guerra te arranca todo lo demás.”
No suena a pose. No suena a marketing.
Suena a alguien que filmó exactamente eso.
Y si el 16 de diciembre la shortlist lo incluye, habrá un platense que llevó 14 mil dólares y una historia feroz hasta la misma puerta de los Oscar.

