¿Podría el ser humano hacer que una especie extinta hace 4000 años vuelva a pisar la Tierra en la actualidad? El argumento parece muy fantasioso, aunque los avances tecnológicos y científicos han generado que la frontera que separa la realidad del mundo de la imaginación se hiciera cada vez más difusa. Tal es así, que un equipo de expertos de la Universidad de Harvard puso en marcha un ambicioso proyecto que intentará “resucitar” al mamut lanudo, y un biotecnólogo argentino, egresado de la UNQ (Universidad Nacional de Quilmes) formará parte de esta aventura científica.
Ramiro Perrotta nació en la localidad bonaerense de Bernal, pero pasó la mayor parte de su vida en Wilde, donde se mudó junto con su familia cuando tenía 5 años. Ya en aquel tiempo empezaba a manifestar curiosidad por la naturaleza, y ese interés continuó durante su adolescencia y juventud.
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“Cuando terminé la Primaria y tenía que pasar al Secundario, me cambié a una escuela pública de Wilde que tenía orientación en Ciencias Naturales porque era lo que a mi me interesaba”, cuenta Perrotta a INFOCIELO. Años más tarde, cuando llegó el momento de decidir qué carrera estudiaría, no se decidía entre Medicina y Bioquímica, hasta que descubrió Biotecnología y no dudó: “Es una carrera que te permite trabajar en un amplio rango de disciplinas dentro de la ciencia y, entre las cosas que te permite hacer, a mí me gustaba mucho el tema de la edición genética”.
Hoy, con 29 años, está cumpliendo uno de sus sueños, trabajando a la par de algunas de las mentes más brillantes del mundo en un proyecto que podría marcar un hito en la historia de la ciencia.
¿Cómo llegó a formar parte de esta experiencia? Todo empezó cuando el joven científico bonaerense vio un documental sobre los experimentos que realizaba el Doctor George Church, un distinguido genetista de la Universidad de Harvard, y quedó tan asombrado que decidió escribirle. “Le mandé un mail a su laboratorio diciendo que iba a estar en Nueva York y que me gustaría realizar una entrevista para hacer un futuro postdoctorado”.
Para sorpresa de Perrotta, que previamente había realizando una pasantía en el Hospital Mount Sinai de Estados Unidos, en el marco de una tesis doctoral de oncología que desarrolló en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires; al poco tiempo llegó la contestación de parte del laboratorio, que había accedido a concederle la entrevista.
Si bien el primer contacto fue en 2019 y la entrevista se realizó ese mismo año, el científico de Wilde tuvo que esperar hasta este año para poder incorporarse al equipo de Church porque tenía que conseguir su propia beca y la tarea no era nada sencilla.
Para complicar más la situación, llegó la pandemia y las esperanzas de Perrotta se desvanecieron casi por completo hasta que a principios de 2020 apareció una oportunidad única: la organización sin fines de lucro Revive and Restore —en español, Revivir y Restaurar— de California abrió la convocatoria para otorgar una beca de postdoctorado para trabajar en la “resurrección genética” del mamut lanudo.
“Apliqué a la beca y fue un proceso muy largo en el que tuve que escribir un proyecto sobre lo que iba a realizar en el laboratorio”, indica Perrotta y comenta: “En agosto me avisaron que me habían seleccionado y ahora ya estoy hace un mes en Boston iniciando este proyecto”.
La investigación, que cuenta con el apoyo de Colossal, empresa de biociencia y genética que aportó una inversión inicial de 15 millones de dólares; se encuentra en la etapa de edición genética.
El sitio web de Colossal plantea que la misión del proyecto es la “de-extinción del mamut”, es decir hacer que esa especie vuelva a habitar el planeta, aunque Perrotta aclara: “En realidad lo que vamos a hacer es una de-extinción de genes. A partir de restos fósiles de mamuts que encontró en Siberia el equipo del Doctor Church, pudieron recuperar el ADN, secuenciarlo y compararlo con el pariente más cercano, que es el elefante asiático. Cuando compararon los dos genomas vieron que tienen un 99,6% de similitud, pero tienen algunas diferencias y esas diferencias son las que vamos a intentar de-extinguir”.
Utilizando el sistema de edición genética conocido como CRISPR/Cas9 ,que permite cortar y pegar ADN de manera muy precisa, reescribirán distintas partes del genoma del elefante para reducir al mínimo esas diferencias que existen con el mamut lanudo.
Perrotta señala que, una vez que se tenga la célula editada con características de mamut —una de las más importantes será la capacidad de resistencia al frío—, “se podría hacer un embrión y colocarlo en una elefanta para que genere una cría” y dice que según estimaciones del laboratorio y la empresa Colossal “las primeras crías podrían tenerse dentro de aproximadamente cuatro o seis años”.
El científico argentino subraya que el proyecto tiene dos objetivos principales: uno es la conservación del elefante asiático, que hoy en día se encuentra en peligro de extinción y el otro es mitigar los efectos del cambio climático a partir del restablecimiento de los ecosistemas, como el de la tundra siberiana.
Según explica Perrotta, en esa región, donde antiguamente habitaban los mamuts, hay una capa de suelo llamada permafrost, que se encuentra permanentemente congelada y en su interior hay atrapada materia orgánica desde hace millones de años, que si se descongela, comienza a descomponerse, liberando gases de efecto invernadero y metano. Durante el invierno, la gran cantidad de nieve que se acumula termina actuando de forma aislante y aumenta la temperatura del suelo. La presencia de los elefantes híbridos que el laboratorio del Doctor Church intentará crear, contribuirían a refrigerar el suelo. “Estos animales podrían pastar, remover la tierra y compactar el hielo, permitiendo que el frío ártico pueda penetrar en las capas de suelo y bajar la temperatura.”, sostiene.
Otro aspecto positivo que resalta el joven investigador con relación a la inserción de esta nueva especie es que, gracias a su enorme contextura, “tendrán la capacidad de derribar árboles, que en esa zona son de hojas oscuras y absorben la energía del sol”.
El biotecnólogo de Wilde reconoce que el proyecto encabezado por Church despierta todo tipo de opiniones y asegura que nunca faltan los detractores que se oponen por considerarlo como algo antinatural. “Cuando nos conviene decimos ‘pasó porque la naturaleza quiso’, pero ¿Nosotros que estamos extinguiendo un montón de cosas no somos parte de la naturaleza? Si podemos extinguir, ¿Por qué no podemos preservar y aumentar la biodiversidad?”, plantea Perrotta y advierte: “Si hoy en día no empezamos a modificar la naturaleza, ayudándola a adaptarse a lo que estamos generando, vamos a perder un montón de especies y vamos tener un problema grande. Por esa razón estoy siendo parte de algo así”.
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