La primera entrega de los premios Martín Fierro al cine y las series, que históricamente habían sido exclusivos de la televisión y la radio, además de agregarse recientemente las plataformas digitales, tuvo un momento que quedará marcado en la historia.
En medio de una noche de celebración y reconocimiento a las producciones audiovisuales, el discurso más intenso y políticamente cargado fue protagonizado por Norman Briski, el veterano actor de 86 años con una carrera intachable en el teatro, cine y televisión, premiado justamente por su trayectoria.
Briski, quien es reconocido desde hace décadas por su activismo y compromiso con causas sociales y políticas, aprovechó el espacio para lanzar duras críticas al estado actual de la cultura en el país bajo el régimen libertario de Javier Milei.
El encendido discurso de Norman Briski en la entrega de los Martín Fierro al cine y las series.
TODAS SUS “INCORRECCIONES POLÍTICAS”
Durante su discurso, Briski no escatimó en alusiones ‘políticamente incorrectas’ en el marco del presente gobernante, mencionando temas y figuras que la cultura oficial ha dejado de lado o vilipendiado en los últimos tiempos.
En un tono que combinaba la indignación con el humor ácido, el actor comenzó hablando de cómo el gobierno afectó a la ficción nacional y al sector cultural en general, acusando a las autoridades de “afanarse la ficción”.
“La ficción es una radiografía de la realidad. Nos están afanando la ficción, nos están afanando la ficción… está en La Rosada la ficción”, sentenció Briski, generando una ola de aplausos entre los presentes.
Con estas palabras, el actor criticaba la narrativa oficial que se apoderó del discurso mediático y distorsiona la realidad.
EL DISCURSO EN DEFENSA DE GAZA
El momento más impactante de su intervención vino cuando abordó la situación humanitaria específica en la Franja de Gaza, un tema que esta absolutamente ausente de los medios de comunicación argentinos.
Briski, de origen judío, sorprendió a muchos al defender al pueblo palestino en un contexto en el que las posturas dominantes se inclinan unívocamente a favor de Israel. “Gaza jamás será vencido, jamás será vencido Gaza… no me importa que me aplaudan mucho o poco, pero siento aquí en mi sangre, en mis ancestros, la defensa de un pueblo que está siendo asesinado”.
Este fue un momento inesperado en el discurso que, en medio de una gala de premios, sacudió al público presente y a quienes lo seguían por TV.
Las palabras de Briski impactaron de manera particular, tanto por su procedencia como por el silencio que provocaron en algunos integrantes del auditorio, donde se notaba que ciertos artistas se mostraban incómodos, otros perplejos y un puñado lo miraba con asombro y admiración por su valentía.
Pero Briski no se detuvo allí. Hizo un llamamiento a la resistencia cultural y artística, señalando que los actores y cineastas no son parte de una industria, sino “héroes” que, a pesar de las adversidades, siguen adelante con sus producciones.
SOBRE HÉROES Y LUCHAS
“Saludo a los héroes del cine, de nuestro cine, porque siempre se piensa que somos una industria, siempre se dice que somos una industria. ¡¡¡No somos una industria!!!, somos héroes de este trabajo tan hermoso”.
Briski también rindió homenaje a figuras históricas como Eva Perón, Pino Solanas, Hugo del Carril y Cantinflas, todos vinculados de alguna manera a la lucha por los derechos del pueblo y por supuesto también de los actores y trabajadores culturales.
En una de sus menciones más emotivas, destacó a Norma Pla y Nora Cortiñas, dos mujeres que simbolizaron la resistencia en distintas épocas del país. “Mi Norma Pla, mi Nora Cortiñas… saludo a todas las luchas”.
El cierre de su discurso fue un llamado a la acción para la comunidad artística: “Las inversiones vendrán de la rebeldía o seremos nada. A filmar, a filmar, a filmar hasta enterrarnos en el mar”, instando a sus colegas a seguir creando a pesar de los obstáculos que enfrentan bajo el actual gobierno, que recorta significativamente los subsidios al cine y deja a la ficción nacional sin financiamiento alguno.
Este encendido discurso quedará en la memoria colectiva como un momento de valentía y desafío, donde Briski rompió barreras y puso sobre la mesa temas que suelen estar silenciados o marginados en la narrativa oficial.

