Si en Argentina alguien dice “Mi Nombre Es”, lo más probable es que le pregunten de qué estás hablando. Y es lógico: el programa es chileno, se emite por Televisión Nacional de Chile (TVN) y acá casi nadie tiene idea de que existe.
Pero lo cierto es que está viviendo su segunda temporada y viene dando que hablar al otro lado de la cordillera, sobre todo en estos días en que dos íconos argentinos se robaron la escena: Mercedes Sosa y Sandro, o mejor dicho, dos imitadores que los encarnaron con sorprendente calidad.
Para quienes no lo saben, Mi Nombre Es es un reality de talentos en el que distintos artistas se suben al escenario caracterizados e imitando en voz, gestos y presencia a cantantes famosos.
El formato es originario de Europa y en Chile ya tuvo su primera edición, donde triunfó un joven imitador de Luis Miguel llamado Bray On, quien, gracias a su victoria, consiguió un contrato de grabación con el mismo productor del Sol de México. Una locura.
La voz de Mercedes, ¿en versión masculina?
La última semana de junio y los primeros días de julio, el programa se llenó de sabor argentino. Primero fue el turno de Mercedes Sosa, aunque lo curioso es que quien se presentó caracterizado como la tucumana fue un hombre llamado Mario Zapata.
No es la primera vez que Zapata aparece en la televisión chilena: ya había participado en otros programas mostrando su tributo a la cantora y es conocido por su tono grave y la emoción que imprime a cada interpretación.
En esta ocasión, Zapata se lució en el escenario con el clásico “Todo Cambia” del repertorio histórico de nuestra cantora más emblemática, y dejó boquiabiertos a los integrantes del jurado chileno: Luis Jara, María Luisa Godoy y Gonzalo Valenzuela.
Destacaron la “dulzura” de su interpretación y, sobre todo, el respeto con el que homenajea a la artista argentina, a quien calificaron como “un legado vivo de Latinoamérica”.
Sandro revivido para el aplauso
Pero no fue solo la Negra quien conquistó corazones trasandinos. Días antes, a finales de junio, otro participante llamado Miguel apareció sobre el escenario de “Mi Nombre Es” convertido en el mítico Sandro.
Con su clásica vestimenta blanca, movimientos de cadera y mirada intensa, el imitador encendió el estudio y logró que el jurado quedara absorto.
Su interpretación de “Yo te amo” fue tan elogiada que algunos lo señalaron como candidato serio a pelear la temporada. La elección de Sandro, ídolo absoluto de la balada melódica, generó ovaciones y, según comentaron los conductores, fue uno de los momentos más fuertes del ciclo hasta ahora. Jara lo calificó como quizás el “mejor Sandro que vio en su vida”.
Así, mientras en la Argentina casi nadie se entera de que existe este show, en Chile dos leyendas nacionales siguen vivas a través de artistas que, con talento y pasión, mantienen encendida la llama del folklore y de la balada romántica.
Y por si fuera poco, quién podría negarlo, el próximo gran imitador latinoamericano quizás también salga de ese escenario chileno que hoy pocos conocen de este lado de la cordillera.

