Apenas el equipo salió a la cancha, apenas los jugadores pasaron por la platea techada, apenas pasó el recibimiento clásico, se hizo presente una gran ovación, que fue para Nelson Insfrán. Y no es para menos: el Mono fue otra vez el salvador de este Gimnasia que se aseguró la permanencia, como también lo había sido en aquella final contra Colón en el 2023. “Olé, olé, olé, olé, Monoooo, Monoooo”, se escuchó en el Bosque.
Pero está claro que el penal que le tapó a Borja fue, sin dudas, el epicentro de la salvación. Porque si el delantero de River empataba ese partido, tanto por la injusticia como por la situación difícil que atravesaba el equipo, hoy la historia podría haber sido otra.
Si hubo dos triunfos que fueron la llave de la permanencia fueron los de Sarmiento en Junín y lo de River en el Monumental. Y en ambos, el Mono fue el héroe, atajando en ambas ocasiones dos penales, que lo hicieron gigantes.
Por eso, el reconocimiento de la gente y una merecida gratitud para un hombre de la casa que se ganó a los hinchas con mucho esfuerzo, que superó las dudas, incluso hasta de uno de sus últimos técnicos, como Alejandro Orfila, que estuvo cerca de sacarlo en ese partido en Junín.
El dueño de los penales
En lo que va de este 2025, a Gimnasia le cobraron seis penales en contra, los cuales podrían haber costado carísimo de no ser Insfrán. El Mono contuvo nada menos que cuatro, mientras que le convirtieron los restantes dos, en lo que fueron derrotas del Lobo. Sin dudas, pieza clave para sumar unidades más que necesarias.

El correntino atajó ante Deportivo Riestra (1-1), frente a Talleres de Córdoba (0-2), ante Sarmiento en Junín (1-0) y el último ante River en el Monumental (1-0). Como contrapartida, le convirtieron Ignacio Malcorra, en aquella caída ante Rosario Central en Arroyito por 2-1 y Marco Iacobellis, en la derrota a manos de San Martín en San Juan por 1-0.

