El 17 de noviembre de 2004 comenzaba el Congreso Internacional de la Lengua Española en Rosario, una edición que pasó a la historia, por la brillante exposición del escritor y humorista rosarino Roberto Fontanarrosa.
“ ¿Por qué son malas las malas palabras?, ¿qué actitud tienen?, ¿quién las define?, ¿Le pegan a las otras palabras?, comenzó a relatar el negro, provocando las primeras risas.
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“Mi viejo puteaba mucho, a lo mejor porque venía del deporte. Me acuerdo que mis primos decían, vamos a jugar al tío Berto. Entonces se encerraban en una pieza y se ponían a putear”, continuó la alocución de Fontanarrosa, que también dejo conceptos sobre los jóvenes y el lenguaje, algo que hoy está muy cuestionado.
“A mí no me preocupa que mi hijo o los amigos de él insulten, lo que me preocuparía sería que no tengan la posibilidad de transmisión, de expresión o de grafismo al hablar”, explicaba Roberto y dejaba una conclusión de brutal actualidad, “Afortunadamente ellos no nos dan bola, y hablan como les parece y van enriqueciendo el Lenguaje”.
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