La municipalidad de Bahía Blanca anunció oficialmente la primera edición de la Fiesta del Cubanito, con un fuerte componente identitario local.
El evento lo va a organizar el municipio el domingo 12 de marzo en el Parque de Mayo, con presencia de bandas locales y el cierre a cargo de Kapanga.
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Durante la jornada se va a hacer además un concurso, con jurado incluido, para elegir al mejor cubanito de la ciudad.
Esta celebración tiene que ver con la identidad local. En Bahía Blanca existe un gran consumo de este producto, que se lo encuentra en cantidad en los parques más concurridos, pero también a la salida de las escuelas y en algunos sectores céntricos.
El cubanito es un cilindro de masa de cucurucho que principalmente viene relleno de dulce de leche. Con el tiempo, fue evolucionando y sumando opciones. Los hay bañados, de chocolate blanco y chocolate negro, con helado, y también con pastas de limón, marroc y frutas, entre otras.
¿Cómo nació el romance entre Bahía Blanca y el cubanito?
Si bien no es un invento bahiense, empezó a consumirse en la cuidad a mediados de los años 50 de la mano del chileno Octavio Fuentes.
Primero comenzó a comprar la masa ya lista para rellenar, pero con el tiempo creó su propia fábrica y durante muchos años fue la única, y vendía en Bahía y la región.
Es tan fuerte el arraigo del cubanito en los bahienses que un joven llamado Diego García propuso en el 2021 crear el mapa cubanitero a fin de que la gente tenga a mano “todas las opciones que existen para conseguir la golosina más local que existe”.
La idea fue que sea colaborativo y los mismos consumidores vayan agregando lugares.
Incluso, una pareja bahiense que se instaló años atrás en Villa La Angostura, en la pandemia decidió sumar una actividad más y ya los venden en el Cerro Bayo, bajo el nombre Rincón de la Villa.
Y no son cubanitos tradicionales sino premium. Ofrecen de almendra y nueces, nutella, frambuesa con chocolate y mousse de limón, y tienen pensado sumar cubanitos salados y veganos.
“Descubrimos que acá no había y eso nos llamó mucho la atención, porque en Bahía los encontrás en cada rincón, en cada parque, plaza o paseo. Y empezamos en plena cuarentena, cuando sobraba el tiempo, faltaba plata y se extrañaba la familia. Era una forma de estar un poco más cerca de nuestra ciudad, y que el sur pueda disfrutar de esta magia”, dijeron al medio Wips.
Y otra muestra más de la importancia del cubanito en esa ciudad fue la decisión de plantar un árbol en homenaje a un cubanitero que perdió la vida en un accidente.
Se llamaba Alejandro y durante más de una década se ubicaba con su carrito en un lugar clave: alrededor de la pista de bicicletas en el Parque de Mayo.
En reconocimiento por endulzar las tardes especialmente de los más chicos, clientes y amigos le realizaron un homenaje.
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