La investigación judicial por las más de 90 muertes vinculadas al uso de fentanilo contaminado en distintos hospitales del país sumó en los últimos días un elemento clave: el primer informe del Cuerpo Médico de la Corte Suprema de Justicia, elaborado a pedido del juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak.
El estudio se basó en 20 historias clínicas y confirmó que las ampollas producidas por el laboratorio HLB Pharma contenían bacterias cuya presencia representó un “factor determinante” en el agravamiento de los cuadros de pacientes críticos. El análisis abarcó instituciones de varias provincias, entre ellas el Hospital Italiano de La Plata, el Hospital Clemente Álvarez de Rosario y el Sanatorio Cullen de Santa Fe.
Los peritos analizaron el Lote 31202, elaborado el 18 de diciembre de 2024, en el que se detectaron los microorganismos Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii. En las conclusiones, se ratificó que el fármaco estaba contaminado y que las bacterias fueron halladas también en la sangre de los pacientes fallecidos.
Según la clasificación médico legal aplicada, no se identificaron casos de “Nexo Causal Directo”, es decir, muertes provocadas exclusivamente por el medicamento adulterado. Sin embargo, doce historias clínicas se encuadraron en la categoría de “Nexo Concausal”, ya que la infección originada por las bacterias del fentanilo constituyó “un factor agravante significativo de la condición clínica” y contribuyó al desenlace fatal.
En tanto, cuatro fallecimientos fueron considerados bajo el criterio de “Nexo Causal Fortuito”, al verificarse infecciones previas en los pacientes que coexistieron con otros eventos clínicos de suficiente gravedad para provocar la muerte, aunque el cuadro infeccioso igualmente participó del proceso. Otras cuatro muertes quedaron registradas como “Casos no Clasificables con Fallecimiento” debido a documentación incompleta o registros con fechas contradictorias.
El informe de 30 fojas, firmado por todos los especialistas intervinientes, concluyó que la bacteria Ralstonia tiene “gran habilidad de supervivencia en condiciones de bajos nutrientes, con posibilidad de persistir en soluciones hospitalarias”, lo que abre la hipótesis de que la contaminación se haya producido en la etapa de elaboración del producto. En paralelo, se advirtió que la Klebsiella es un agente “de elevada frecuencia” en infecciones asociadas a la atención médica, con fuerte presencia en unidades de cuidados intensivos.

