Con las puertas cerradas desde el comienzo de la emergencia sanitaria, el futuro de más de 60 jardines maternales peligra en la ciudad de La Plata, por lo que coordinadoras, directoras y propietarias de los distintos Centros de Atención y Desarrollo Infantil (CADI) se congregan este mediodía frente a la Gobernación bonaerense para pedir auxilio estatal.
Es que, al no estar incluidas dentro del programa de educación obligatoria, estas instituciones no cuentan con el reconocimiento oficial de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia, aun cuando cumplen la tarea esencial de contener y educar a los chicos cuyos padres necesitan reincorporarse a sus ámbitos de trabajo.
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“Nuestra función no solo es la de satisfacer las necesidades básicas del recién nacido/a y el niño/a, sino que nuestras instituciones, en las que muchos de nuestros niños/as permanecen más de 8 horas diarias, resultan el primer ámbito de sociabilización más allá del núcleo familiar inmediato ”, manifestaron sus miembros a través de un comunicado.
Cada jardín recibe entre 30 y 70 chicos por día y tiene un plantel de entre 8 y 18 trabajadores, docentes y no docentes. “De prolongarse esta situación, la mayoría de nuestras instituciones deberán cerrar sus puertas de manera definitiva, comprometiendo no sólo los puestos de trabajo de cientos de personas, sino que dejando también muy debilitada a futuro la importantísima función social que nuestros espacios cumplen”, expresaron en el escrito.
El rubro se encuentra entre los que primero debieron cesar con sus tareas frente a la pandemia. “Para tomar como ejemplo, nosotras necesitamos $300.000 para garantizar sueldos de docentes, personal de limpieza, cargas impositivas y alquilar, y hoy estamos percibiendo menos de $100.000”, sostuvo la propietaria de un establecimiento con tres años de antigüedad en la ciudad. Y agregó: “En algunas instituciones no pagó ni una sola familia, es decir, facturaron cero”.
Frente a este escenario y contemplando el distanciamiento social y el uso de barbijos, las trabajadoras se manifestaron primero con un abrazo simbólico frente al Municipio y luego con una concentración en la Gobernación para solicitar la adopción urgente de medidas de alivio por parte del Estado, como subsidios para el pago de sueldos, ayuda económica para las contribuciones a la seguridad social de los empleados o la condonación de deudas tributarias.
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