La decisión del Gobierno nacional de avanzar con una desregulación amplia en medicamentos y productos domisanitarios generó preocupación entre los profesionales del sector. En diálogo con LA CIELO, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, Alejandra Gómez, explicó por qué el retiro de ANMAT de los controles preventivos “aumenta el riesgo directo para la salud de la población”.
Gómez detalló que hubo dos anuncios simultáneos: por un lado, la eliminación de inspecciones previas sobre productos domésticos; por otro, la decisión de que ANMAT deje de auditar laboratorios extranjeros que fabrican medicamentos que luego ingresan al país. En ambos casos, el esquema gira hacia controles “ex post”, es decir, solo intervenir ante denuncias o efectos adversos ya ocurridos.
Para la dirigente, el punto central es que el Estado argentino dejaría de verificar por sí mismo la calidad de lo que ingresa. “Puede ser menos burocrático, pero también más riesgoso. Hablamos de medicamentos, no de cualquier bien de consumo”, señaló. Y subrayó que incluso los productos de venta libre —como un paracetamol— pueden presentar defectos de elaboración o efectos adversos.
En ese marco, recordó cómo funciona hoy la red de farmacovigilancia: cuando un farmacéutico detecta un problema, genera una alerta que llega a ANMAT, que puede ordenar el retiro del producto en 24 a 48 horas. El caso más reciente y conocido es el del fentanilo: una falla detectada a tiempo permitió retirar los lotes comprometidos y evitar daños mayores. Para Gómez, ese sistema se debilita si el organismo pierde su rol de inspección preventiva.
La presidenta del Colegio también remarcó la importancia de la trazabilidad, sobre todo en medicamentos y domisanitarios que se venden en farmacias. Explicó que hace poco se retiró una pasta dental por un defecto detectado en la red provincial de vigilancia, algo que solo puede sostenerse con controles integrados y profesionales responsables del circuito.
Por ahora, el Colegio no abrió una instancia formal de diálogo con ANMAT, aunque sí comenzó a coordinar con otras entidades profesionales y académicas. La advertencia, sin embargo, es clara: con menos controles propios, el país pasa a depender de certificaciones extranjeras y de denuncias tardías. Y el fantasma del fentanilo contaminado —ese que demostró por qué el control preventivo importa— vuelve a aparecer como recordatorio.

