Bahía Blanca fue la excepción en la última elección bonaerense: mientras La Libertad Avanza sufría derrotas en gran parte de la provincia, la ciudad del sur bonaerense respaldaba a Javier Milei con comodidad. Sin embargo, la celebración de los votantes se encontró con un contraste abrupto: la ayuda económica para los damnificados por las inundaciones de marzo fue recortada a la mitad por el Gobierno nacional.
Al respecto, el periodista Germán Sasso de La Brújula 24 describió la paradoja que vive la ciudad: “En Bahía ganó Milei, entonces en las redes sociales se la pasaron hablando de Bahía y los bahienses diciendo ‘ustedes son los más boludos del mundo’, ‘no nos pidan nunca más ayuda, porque lo que no le piden al Estado nos lo piden a nosotros’, ¿se entiende lo que pasó?” explicó, aludiendo a la bronca que generaron los recortes incluso entre quienes apoyaron al espacio libertario.
Sasso remarcó que, pese a las promesas, la asistencia efectiva quedó reducida: “Un Milei que al final, en vez de 200, mandó 100, porque se quedó con 100. Caputo los reasignó en otras partidas; y lo que ya le habían asignado, bueno, la mitad no va a venir, ya está decidido. Si hubiésemos tenido todo lo que se prometió, hubiesen venido casi 600 mil, es como que te saquen la comida de la boca”.
El periodista también advirtió sobre la reacción en redes sociales y la sensación de abandono: “No hay que darle bola a las redes sociales, pero fueron tan generalizados los mensajes, no contra Milei sino contra los bahienses. El que más te caga es al que más votás también se repitió”.
Sasso apuntó al contraste entre las promesas y la realidad concreta de Bahía Blanca: “Se da la paradoja que en toda la Provincia de Buenos Aires, el lugar donde triunfó ampliamente, sobradamente, holgadamente, cómodamente Javier Milei, es Bahía, y a las pocas horas le quitó plata. Yo no digo que nos premie porque lo votaron, ni que nos den regalos, o que nos hagan un puente, pero que no nos caguen. Más lo votamos, más nos caga”.
El periodista reflejó, así, la frustración de los habitantes de Bahía Blanca que ya habían enfrentado la primera indiferencia del Presidente, tras el primer viento que azotó la ciudad, cuando Milei había dicho que los bahienses “iban a poder con lo que tenían”. La reiteración de esa dinámica tras las inundaciones de marzo evidencia la tensión entre promesas de campaña y decisiones efectivas del Ejecutivo, dejando a la ciudad en una situación de abandono frente a la emergencia.