Un eufórico Diego Santilli decidió que la mejor forma de celebrar su victoria política era dejarse pelar en vivo como lo había prometido. No fue durante un acto partidario, ni en un homenaje, sino en un programa de streaming libertario, que mezcla mucha ideología con memes e insultos a “zurdos y kukas“.
El flamante electo primer candidato a diputado nacional de La Libertad Avanza por la Buenos Aires cumplió así su promesa de campaña: si ganaba, se rapaba. Y ganó. Y se rapó, aunque ni él lo imaginaba.
El eslogan era casi un sketch: “Para votar al colorado, marcá al pelado”. Una frase que terminó convertida en un acto de propaganda política de una “dimensión paralela”, pero que a la luz de los resultados funcionó, como si la profundidad de las ideas pudiera medirse en milímetros de pelo.
El show libertario y la máquina al ras
El escenario del (casi) rapado fue la llamada “La Misa“, en un canal de streaming oficialista denominado “Carajo” conducido por el Gordo Dan, una suerte de influencer político que predica el evangelio mileísta entre emojis y arengas y que también se rapó (en serio).
Allí, con cámara encendida y sonrisa a flor de boca, Santilli entregó su eléctrica cabellera al entretenimiento político. Como quedó dicho, el primer corte se lo dio el conductor, como si estuviera bendiciendo al nuevo converso.
Después quien supo ser el segundo de Larreta dijo “Parezco Mastantuono”, bromeando el ahora pelado, en referencia al joven ex jugador de River hoy en el Real Madrid. Y no le faltó razón: ambos, al fin y al cabo, se mueven entre pases cortos y estrategias para ganarse el aplauso de la tribuna.
De la campaña a la peluquería libertaria
La escena sacó a la luz algo más que el cuero cabelludo. Mostró la nueva forma de hacer política: entre streamings, apuestas y gestos performáticos. El ex PRO reciclado en libertario eligió un gesto de TikTok más que una, arenga o un discurso, un rapado antes que un análisis. Lo que alguna vez fue política pura y dura, ahora se parece más a un challenge de redes sociales.
Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires, el mapa electoral se pinta de violeta. En apenas 49 días, La Libertad Avanza pasó de la derrota al triunfo, y sumó 17 bancas contra las 16 del peronismo. Santilli, como buen protagonista de esta remontada, creyó que merecía algo más que un discurso: merecía un viral.
El giro libertario en clave de sketch
El resultado fue contundente: LLA ganó en 133 de los 135 municipios bonaerenses, con un crecimiento que hasta los analistas más optimistas calificaron de “fenómeno”. Pero entre los datos, la euforia y las selfies, quedó la imagen de un Santilli sonriente, mientras una máquina le pasaba por la cabeza como quien pasa la aspiradora por una alfombra. Una postal perfecta de los nuevos tiempos: menos debates, más contenido para “shorts”.
Y así, el colorado que al fin fue pelado para gustar más terminó dejando claro que la política ya no busca tanto convencer como ser viral.
La pelada fue solo el detalle. Lo importante era el clip, el gesto, el momento compartible. Porque en el fondo, lo único que se cortó anoche no fue el pelo sino la distancia entre la política y el show.

