La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) exigió que el salario mínimo en la administración pública se fije en $1.900.000, en un contexto marcado por la suba acelerada del dólar y la presión de los empresarios por cubrirse ante una posible devaluación.
El secretario general del gremio, Rodolfo Aguiar, advirtió que “la suba precipitada del dólar destruye los salarios y agrava la pérdida del poder adquisitivo”, mientras los sueldos permanecen congelados frente a aumentos de precios que, según ATE, oscilan entre el 4% y el 9% en supermercados y comercios de cercanía en al menos 14 provincias.
En un comunicado, el sindicato cuestionó al Gobierno nacional al sostener que “continúa sin encontrar el rumbo económico”, en medio de un escenario de riesgo país en alza e impacto directo sobre la canasta familiar. Aguiar aseguró que, a pesar de la caída del consumo, los estatales ya perdieron más del 40% de su poder de compra.
La semana pasada, el dirigente sindical cruzó al vocero presidencial Manuel Adorni, luego de que este sugiriera que, tras los rechazos a los vetos en Diputados, “habría que echar a 66.550 empleados públicos” para financiar universidades. “¿En serio vuelven a amenazar con despidos masivos en el Estado?”, replicó Aguiar, al recordar que intentos similares ya habían fracasado en elecciones anteriores.
El referente de ATE planteó alternativas para compensar el déficit fiscal, como la suba de tributos a bienes personales, el restablecimiento de retenciones al campo y un impuesto extraordinario a las grandes fortunas. Además, calificó a la gestión de Javier Milei de “autoritarios y antidemocráticos”, y lanzó: “Son verdaderas lacras y miserables que ignoran la voluntad popular”.
Por último, Aguiar reafirmó que los trabajadores estatales continuarán garantizando las políticas públicas pese a la precarización laboral, y concluyó con un mensaje desafiante hacia el Gobierno: “Nunca les tuvimos miedo y los vamos a seguir confrontando. Ustedes están en caída libre y no la remontan más”.