En Mar del Plata apareció un candidato que decidió que su parecido —muy discutible, según el jurado popular de las redes sociales— con Lionel Messi podía servirle para algo más que sacarse selfies.
Leonardo Gorri, actor, exchofer de colectivos, taxis y camiones, y ahora autoproclamado “No soy Messi”, se anotó en el noveno lugar de la lista de concejales del partido vecinal Sentido Común Marplatense. Y como la viveza criolla no descansa, pidió que ese apodo, “No soy Messi”, aparezca en la boleta electoral.
EL PARECIDO QUE EXPLOTÓ EN PANDEMIA
La movida tenía un doble filo: por un lado, que la gente lo reconozca (“che, ¿viste que hay uno que es igual a Messi y ahora se mete en política?”), y por otro, capitalizar un toque de fama que empezó en la pandemia, cuando un control policial en Olavarría le pidió que se bajara el barbijo y una agente, sorprendida, le soltó: “No puede ser que encima te llames Leo, porque tenés un aire a Lionel Messi”.
Su esposa filmó la escena, y el video, con apenas un puñado de seguidores en ese momento, llegó a 4.000 reproducciones en horas. El parecido —que para algunos es un espejismo y para otros una cuestión óptica producto del amor a la Scaloneta— le abrió puertas: una obra de teatro, contratos con marcas y hasta viajes con la Selección. El camino estaba claro: si las redes lo conocían, ¿por qué no el electorado?
LA POLÉMICA DE LA BOLETA
Pero ahí se cruzó la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires, que no cayó rendida ante la picardía marplatense. En su resolución, fue clarita: “MESSI es una marca registrada con el nombre Lionel Andrés Messi Cuccittini”.
Y agregó que permitirle usar “No soy Messi” sería “apelar a usufructuar el reconocimiento de la personalidad pública a nivel internacional tan positivamente valorada, generando una posible confusión en el electorado”. En criollo: no se puede usar la marca Messi para rascar votos.
La Junta fue más lejos: explicó que la protección de la marca abarca nombres, palabras, frases publicitarias, dibujos y colores, y que encima Gorri ni siquiera había registrado el apodo. Todo un combo de “me avivé” que, jurídicamente, se pinchó antes de salir de la cancha.
EL DESCARGO DE “NO SOY MESSI”
Pero el golpe de la negativa no lo dejó callado.
A las pocas horas, Gorri subió un video en redes, en tono de aclaración pública, que más que despejar dudas, dejó un mar de guiños involuntarios a la jugada original. “Hola, amigos, ¿cómo están? Nos hemos encontrado con una noticia que habla de no soy Messi, porque sí, amigos, yo no soy Messi”, comenzó, con un humor que intentaba distanciarse de la polémica.
Después, dejó su descargo: “No soy un imitador de él, no soy el doble de él, soy solamente alguien que se parece al capitán de la selección argentina y que intenta a través de este parecido, sacarte una sonrisa, devolver un poco de lo que vos, Leo, hacés por todos los argentinos”.
El actor insistió en que no busca ser Messi ni apropiarse de su imagen, sino simplemente usar su parecido como recurso para entretener. “Ojalá lo entiendas, ojalá que esté mirando este video, entienda de que no soy Messi. Eh, y ojalá algún día te pueda conocer, capitán”, cerró, con un saludo afectuoso que, casualmente, también sirve como para percatarse de que aunque no sea Messi, bien que aprovechó el parecido para colarse en la conversación pública.
Porque en política, como en el fútbol, no siempre gana el que juega mejor: a veces alcanza con que el árbitro mire para otro lado o, en este caso, con que el electorado asocie una cara conocida a una boleta. Y aunque la Junta Electoral haya frenado el intento, la misión de hacerse un nombre (o un “no nombre”, en este caso) ya estaba cumplida.
Después de todo, lo decía el viejo manual de marketing electoral: no importa si la publicidad es buena o mala, lo importante es que hablen de vos.
Y si para eso hay que colgarse de la camiseta de la Selección, bien vale intentar el gol. Aunque, por ahora, el “No soy Messi” de Mar del Plata se haya quedado en la puerta del área, esperando otra oportunidad para probar suerte con la viveza criolla bajo el brazo.