El presidente Javier Milei evitó agravar su delicada situación política con un retoque a su agenda internacional. No visitará Las Vegas, tal cual estaba previsto, y llevará sus actividades a Los Ángeles.
La novedad se conoce en medio del impacto que generan las denuncias presunto cobro de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), la filtración de audios que comprometen a Karina Milei y una insólita cautelar judicial que prohíbe difundirlos. En ese contexto, la figura presidencial apareció promocionada en un flyer de Las Vegas como si fuera parte de un espectáculo más.
Surgió más tarde la sospecha de que el presidente Javier Milei tenía previsto viajar para asistir al show de su expareja, la actriz e imitadora Fátima Florez, quien se presenta los días jueves 4 y viernes 5 de septiembre en el Sahara Hotel de la ciudad del juego. Las entradas se venden en la plataforma Ticketmaster con valores que van desde los 79 a los 130 dólares, y ya quedan pocas disponibles.
El cambio de planes de Javier Milei
Según publicó INFOBAE, citando fuentes de la comitiva presidencial, Milei viajará a Los Ángeles mañana, después del acto de cierre de campaña de La Libertad Avanza, que se llevará a cabo en Moreno, en el oeste del Conubano bonaerense.
Se prevé que viaje a Malibú, donde se reunirá con empresarios a quienes les explicará el rumbo económico y político de la gestión, bajo el paraguas del Milken Institute, un think tank dirigido por Michael Milken, conocido en el mundo de las finanzas como “el rey de los bonos basura”, condenado por delitos como fraude, manipulación de precios y evasión de impuestos e indultado por Donald Trump en 2020.
Un viaje siempre polémico
Lo curioso (y polémico) es que la propia organización difundió un afiche en el que, junto al nombre de la artista, se promociona con letras grandes: “¡Viene Milei!”. Así, el mandatario argentino quedó reducido a una suerte de celebridad de ocasión, publicitado como atracción de un evento privado, mientras en Buenos Aires se discute nada menos que el futuro de la gobernabilidad y la integridad institucional del oficialismo.

Desde el entorno presidencial no hubo confirmación oficial de la agenda en Las Vegas. Apenas trascendió que podría sumar un encuentro con empresarios hoteleros para darle un barniz institucional al viaje. Sería, en todo caso, la escala número once del libertario en suelo estadounidense desde que asumió, en un raid de viajes que combina gestos ideológicos, exposiciones en foros afines y ahora, aparentemente, una noche de luces y espectáculo junto a su ex pareja.
El timing no podría ser más desafortunado: a tan solo una semana de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires (el verdadero test político de mitad de mandato), el Presidente se expone a las críticas por priorizar su agenda personal sobre una crisis de magnitudes.
El contraste es evidente. De un lado, un Gobierno denunciando operaciones de inteligencia, empujando la Justicia a prohibir publicaciones periodísticas y enfrentando un nuevo frente judicial por corrupción en la ANDIS. Del otro, la imagen de Milei festejada en un teatro de Las Vegas, con carteles que anuncian su presencia como si fuera una estrella pop.

