En la emisión de su programa de radio, el polémico comunicador Baby Etchecopar, acompañado por María Eugenia Oliván, lanzó duras críticas contra Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei y actual Secretaria General de la Presidencia. El sitio “Nunca vas a verlo” realizó una minuciosa recopilación.
Etchecopar cuestionó el ascenso meteórico de Karina en la política, señalando que acumuló un poder excesivo sin haber sido elegida por el voto popular, sino simplemente por ser nombrada a dedo por su hermano.
“Es inaceptable que alguien sin trayectoria política ni respaldo electoral concentre tanto poder,” afirmó Etchecopar. “Karina Milei pasó de ser una tarotista y pastelera a una especie de Mano Negra dentro del gobierno, determinando quién entra y quién sale de la configuración de los funcionarios” continuó, subrayando la influencia desproporcionada que tiene en las decisiones clave del gobierno de su hermano.
Baby Etchecopar durísimo con Luis Caputo, Karina Milei y los periodistas obsecuentes
KARINA MILEI, LA “MONJE NEGRO”
Etchecopar fue particularmente incisivo al señalar que este fenómeno no es nuevo en la política argentina, donde figuras no electas asumen roles cruciales gracias a conexiones personales.
“La casta sigue en pie, solo que ahora tiene nuevos nombres,” insinuó. El comunicador acusó a Karina Milei de encarnar el mismo nepotismo que su hermano prometió erradicar al llegar al poder.
El programa se tornó aún más polémico cuando Etchecopar dirigió sus críticas hacia ciertos periodistas, a quienes calificó como “los loros del poder“.
Según el actor y comunicador, estos periodistas repiten sin cuestionamientos lo que los funcionarios del gobierno de La Libertad Avanza les dictan, mostrando una falta de independencia y objetividad en su labor informativa.
EL SERVILISMO DE JONATAN VIALE, MAJUL & CO.
Sin mencionarlos, Etchecopar se refirió tácitamente directamente a figuras mediáticas como Luis Majul, Jonatan Viale, Esteban Trebucq y Horacio Cabak, entre otros, acusándolos de ser cómplices de un periodismo complaciente que sirve más al poder que a la verdad.
Estos periodistas se convierten en amigos del presidente, cenan en la Quinta de Olivos y luego lo tienen en exclusiva para entrevistas donde no le hacen preguntas incisivas. En lugar de ser periodistas, son prácticamente sus empleados, dejó entrever Baby.
El comunicador y Oliván, enfatizaron que esta connivencia entre periodistas y el poder político no es un fenómeno exclusivo del gobierno de Javier Milei, sino una constante en la historia reciente de Argentina. “Hemos visto esto con todos los gobiernos, donde los periodistas que deberían ser críticos y objetivos terminan siendo amigotes del presidente de turno” añadieron.
Las reflexiones de Baby Etchecopar resuenan fuertemente en los círculos políticos y mediáticos porque no vienen de un crítico a ultranza del gobierno, sino de alguien que supo coquetear con ese espacio político en sus inicios, por compartir discursos similares de orientación derechista en muchos temas.
LA PAUTA QUE LOS PARIÓ
Su denuncia sobre la influencia desmedida de Karina Milei y la falta de independencia de ciertos periodistas pone de manifiesto algo recurrente en la política argentina: por un lado el nepotismo, y por el otro la falta de independencia entre el poder y los medios de comunicación a pesar de intentar demostrar otra cosa al hacer publicidad del “fin de la pauta gubernamental”, que no fue más que una farsa para volver a pagar “en negro” con fondos reservados de inteligencia a los periodistas afines, como en épocas de Fernando de la Rúa.
Las palabras de Etchecopar y Oliván apuntan a una crítica directa hacia Karina Milei y su hermano, el presidente, pero también a un sistema político y mediático que permite y perpetúa tales dinámicas de poder.
“Necesitamos un periodismo libre, que realmente cuestione al poder sin importar quién esté en el gobierno”, sería la conclusión de los dichos de Etchecopar, alguien que de haber ingresado en esa “runfla”, probablemente integraría la “claque” de festejantes del político al que hoy le toca liderar un régimen sin precedentes en la Argentina.

