Además del impacto que tuvo en la recaudación de las provincias la parálisis de la actividad económica, Javier Milei le debe a la provincia de Buenos Aires una cifra que equivale, en términos nominales, a todo lo que el principal distrito del país recauda en casi un año de gestión tributaria.
Se trata de la deuda que la administración de Axel Kicillof reclama al gobierno nacional por sobre la coparticipación. Involucra fondos específicos que debieran transferirse por imperio de la ley vigente, pero que la gestión nacional dejó de repartir en todo el país, de manera caprichosa, para consolidar el equilibro fiscal. Una maniobra que disparó la queja de los Gobernadores que aseguran, a quien quiera escucharlos, que el verdadero ajuste del que se jacta el Gobierno nacional es, en parte, “a cuenta” de las provincias.
En un mes de gestión tributaria, la Provincia de Buenos Aires recauda un promedio de 1.2 billón de pesos. La cifra es 10 veces menos que los 12 billones de pesos que la Provincia le reclama al Gobierno nacional. En otros términos: la gestión de Javier Milei les debe a los bonaerenses, una suma que representa 10 meses de recaudación provincial.
El impacto del incumplimiento es peor aún: fuerza más la necesidad de mantener programas sensibles u obras claves, con recursos genuinos de la provincia que originalmente no estaban previstos destinar con ese fin.
La recaudación bonaerense, además, viene en caída, golpeada por el freno de la actividad económica. Pesares del régimen tributario vigente, que descansa básicamente en el aporte que hacen al fisco los impuestos atados a la actividad económica, como Ingresos Brutos, que representa $3 de cada $4 que recauda la provincia. Cuando la economía se desacelera, como ocurre actualmente, los ingresos fiscales también se resienten, lo que deja a los distritos con menos recursos propios justo cuando más necesita compensar la falta de fondos nacionales