En la conferencia de prensa del sábado pasado, el presidente Alberto Fernández oficializó la extensión de la cuarentena hasta el 10 de mayo y también, despertó ciertas expectativas con el anuncio de las salidas por una hora a no más de 500 metros del hogar de cada ciudadano.
La medida cayó como un baldazo de agua fría para algunos gobernadores, en especial para aquellos que manejan distritos con mucha población y un riesgo de contagio elevado. Nadie quiere ser responsable de un pico de casos de Coronavirus.
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Horas después, la medida comenzó a dilatarse y finalmente, fueron los mandatarios los que terminaron decidiendo si las salidas se iban a habilitar o no. Eso despertó un aparente conflicto entre Nación y las jurisdicciones provinciales, ya que no se entendió por qué el presidente dijo una cosa y los gobernadores, terminaron por hacer otra.
En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el gobernador Axel Kicillof incurrió a la misma estrategia que el presidente: desligó la decisión a los intendentes, y muchos de ellos, terminaron por negarse a aplicar las salidas. En resumen: la confusión recayó en la población.
Hoy, el presidente dijo “entender” la medida de los gobernadores e intendentes, pero advirtió que “no se puede mantener a la gente en un encierro eterno”.
También, aprovechó para ser un tanto punzante con el jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta, a quien le recordó que pidió permitir el “take away”, un recorrido gastronómico de algunos locales. “¿Y eso qué es?”, se preguntó con ironía el primer mandatario. Otros mandamases del país, le habrían pedido habilitar la industria automotriz, pero no permitieron que la gente salga de sus casas por una hora.
“En los gobernadores veo vocación de cuidar a su gente y por eso me tienen a su lado. Pero lo que digo también es que presten atención porque no podemos mantener a la gente en un encierro eterno porque no resisten”, expresó Fernández, que sugirió que en todo caso las salidas se podrían haber dado por número de DNI.
Después, Fernández agregó el particular pedido de algunos mandatarios en medio de una cuarentena todavía restringida para las actividades comerciales.
“Cuando uno veía los reclamos de los gobernadores, había pedidos mucho más riesgosos. Por ejemplo, pedían poner en marcha la actividad automotriz. Eso es mucho más complejo que la gente salta una hora a la calle”, enfatizó.
“Si los intendentes me dicen que no libere porque pueden controlar el aislamiento y no pueden controlar cómo circula la gente, yo lo entiendo. Lo que no sé es cuánto puede demorar esto. Hay datos que dicen que tenemos que encaminarnos hacia un proceso de liberación paulatina”, cerró, después.
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