Rosendo Grobocopatel, politólogo de 30 años, streamer y empresario vinculado al agro, sorprendió días atrás al sumarse a un viejo debate bonaerense: la posibilidad de dividir la provincia de Buenos Aires.
Desde sus redes sociales y sus ciclos de streaming, Grobocopatel definió a la provincia como un “monstruo” y planteó que, en sus dimensiones actuales, es “ingobernable”.
No olvidar que Rosendo, es “Grobo”
Aunque no ocupa hoy ningún cargo público ni partidario, el interés de Grobocopatel por la política es de larga data. Es hijo de Gustavo Grobocopatel, conocido como “el rey de la soja”, y si bien siempre estuvo cerca del agro, eligió un camino propio.
Se formó en Ciencia Política en la Universidad Torcuato Di Tella, militó en el PRO desde joven, trabajó en la gestión de Mauricio Macri, y actualmente está alejado de la política partidaria, dedicado a la comunicación digital y el streaming.
En sus emisiones, Grobocopatel suele abordar temas vinculados tanto al agro como a la vida institucional del país. Y en ese marco, lanzó su opinión sobre la provincia bonaerense:
“Argentina tiene una provincia que es un monstruo. Tiene más habitantes que Chile, más superficie que Ecuador y más poder que cualquier otra provincia. Estoy hablando de Buenos Aires. Pero también tiene un problema que la asfixia: es ingobernable.”
Según explicó, su idea parte de la enorme extensión territorial y de la diversidad interna de la provincia.
Para Grobocopatel, es casi imposible gobernar eficazmente un distrito que contiene desde grandes ciudades del conurbano, profundamente urbanizadas y densamente pobladas, hasta amplias zonas rurales con problemáticas completamente distintas.
“No tiene sentido que un gobernador tenga que atender las urgencias del Conurbano y al mismo tiempo los temas de distritos rurales que están a 600 kilómetros”, argumentó en sus redes.
Para Rosendo Grobocopatel, la provincia de Buenos Aires es, en realidad, un mosaico de realidades muy distintas entre sí. Propone imaginarla en cuatro partes: el Conurbano, La Plata, el interior rico y el interior pobre. Cada uno, según él, con sus propios intereses, problemas y prioridades.
El Conurbano como “tiranía demográfica”
Por ejemplo, el Conurbano es “esa gran mancha urbana que rodea la Ciudad de Buenos Aires” , donde vive casi la mitad de la población bonaerense. Es una zona muy densa, con enormes bolsones de pobreza, necesidades de infraestructura, servicios básicos, seguridad y empleo.
Allí, la política suele girar en torno a la asistencia social y a sostener la gobernabilidad en lugares donde la crisis económica golpea fuerte. Es también la zona que más peso tiene en términos electorales, lo que genera, según Grobocopatel, una “tiranía demográfica”: lo que pasa o decide el Conurbano termina influyendo sobre toda la provincia.
El interior rico y su economía agroindustrial
En cambio, el interior bonaerense tiene una lógica muy distinta. En su relato, Grobocopatel divide a ese interior en dos.
El interior rico —las zonas más agrícolas, como el norte y el oeste de la provincia, donde predominan ciudades agroindustriales como Pergamino, Junín, Carlos Casares, Tandil o Bahía Blanca— tiene economías fuertes gracias al campo, a la industria alimenticia y a la exportación.
Allí se habla de retenciones, de precios internacionales de los granos, de logística y de rutas para sacar la producción. La agenda es completamente distinta de la del Conurbano.
El interior pobre: despoblamiento y crisis
Por otro lado, el interior pobre, que suele abarcar partes del sur y del sudoeste provincial, se parece más a provincias del norte argentino: menos producción, menos población, menos infraestructura y economías locales muy frágiles.
En muchos pueblos chicos, la migración de los jóvenes hacia ciudades más grandes deja localidades cada vez más despobladas, un fenómeno que Grobocopatel mismo aborda en sus contenidos digitales.
La Plata, un limbo político-administrativo
En el medio está La Plata, capital provincial, que Grobocopatel define como “un limbo”. Con su propia burocracia estatal, universidades y vida política, no termina de sentirse ni parte del Conurbano ni parte del interior. Para él, eso también suma a la confusión identitaria bonaerense.
Según Grobocopatel, estas diferencias territoriales generan choques permanentes y hacen que sea difícil gobernar a toda la provincia como si fuera un bloque único.
En su visión, dividir Buenos Aires permitiría gobiernos más chicos, más cercanos y más eficientes para cada zona. No lo dice como un plan concreto, ni con un proyecto legislativo detrás, sino más bien como una idea que le parece lógica para debatir.
¿Propuesta realista o pensamiento suelto?
La realidad es que dividir Buenos Aires sería muy complejo en lo político, económico y constitucional. No solo implicaría redibujar mapas y crear nuevas provincias, sino también repartir recursos, infraestructura y representación política en el Congreso.
Además, no es un tema que ningún gobernador o fuerza política haya impulsado con verdadera fuerza en las últimas décadas. Pero el planteo de Grobocopatel refleja una sensación que muchos bonaerenses comparten: la provincia es tan grande y tan diversa que, a veces, parece imposible de gobernar bajo una misma lógica.
Esta idea, cabe aclarar, no es nueva. Desde hace décadas circulan proyectos y discusiones sobre dividir Buenos Aires en dos o más provincias, como modo de hacerla más gobernable y de equilibrar el peso político y económico que concentra respecto al resto del país.
Incluso existieron proyectos legislativos para crear una “Provincia del Río de la Plata” (englobando Capital Federal y parte del conurbano) y una “Provincia de Buenos Aires” limitada al interior bonaerense. Sin embargo, hasta hoy nunca prosperaron, en parte porque implicarían una reforma constitucional y un complejo proceso político y económico.
En el caso de Grobocopatel, su planteo no viene desde un cargo institucional ni en calidad de legislador o dirigente, sino desde su rol como generador de contenidos y analista político en redes.
Él mismo reconoce su vínculo híbrido con Buenos Aires: aunque vive en la Ciudad de Buenos Aires, se crió en Carlos Casares y mantiene lazos con el interior provincial, sobre todo a través de actividades vinculadas al agro.
Para él, la identidad de Buenos Aires está fracturada entre realidades tan distintas que resultan difíciles de administrar bajo un mismo gobierno provincial. Por eso, cree que la división ayudaría a que cada región pueda enfocarse en sus problemas específicos.
Sin embargo, también admite que se trata de un tema complejo, tanto por el costo político que implicaría como por las resistencias que podría despertar.
“Es un debate incómodo, porque implica tocar estructuras muy grandes. Pero si no lo damos, vamos a seguir teniendo una provincia inmanejable”, sostiene.
Las opiniones de Grobocopatel se suman a una discusión recurrente entre dirigentes políticos, analistas y especialistas bonaerenses.
Por ahora, se trata de una idea en el plano teórico, pero refleja el interés de sectores jóvenes, ricos y ligados a la comunicación digital por intervenir en temas de la agenda pública provincial.
Mientras tanto, Grobocopatel continúa con sus proyectos como streamer y empresario de medios digitales, en los que combina temas de política, agro y sociedad.
Desde allí, se mantiene como una voz que, aunque alejada de cargos formales, busca instalar debates sobre el futuro de la Provincia de Buenos Aires y del país.