La industria textil en argentina, uno de los rubros que más mano de obra genera en el país, está en una severa crisis a partir de las medidas que tomó el gobierno de Javier Milei, desde la baja de aranceles hasta el alza en los costos para producir. El “efecto Shein” es la gota que rebalsa el vaso y por eso desde el sector ya pidieron medidas de protección.
“El sector textil vive del mercado interno, y hoy el consumo de los argentinos cayó notablemente”, explicó Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, en diálogo con Palabras más, palabras menos por LA CIELO. Según detalló, la situación se agravó con la decisión del Gobierno de facilitar las importaciones mediante la reducción de aranceles. “Bajar aranceles significa bajar impuestos a los chinos, no a nosotros”, remarcó.
En este contexto, advirtió que la política oficial “nos afecta fuertemente a todo el entramado productivo” y que el resultado es claro: “Estamos perdiendo puestos de trabajo, capacidades productivas y soberanía industrial”.
Más de 10.000 empleos formales menos
De acuerdo a las estadísticas que maneja la fundación, el sector textil perdió más de 10.000 empleos formales desde el inicio de la actual gestión. A esa cifra se suman suspensiones, reducción de jornadas y la desaparición de miles de puestos informales. “Cuando cae la actividad, caen los empleos formales y también los informales”, señaló Galfione.
Aunque todavía el impacto social no se perciba con toda su magnitud, el dirigente advirtió que muchas personas que pierden su empleo en fábricas terminan en trabajos precarios. “Trabajar en una fábrica tiene toda una protección social que no existe si agarro un Uber o un Rappi”, graficó.
Competencia desigual con Shein
Uno de los puntos que más preocupa a la industria es la competencia con las plataformas de venta online como Shein y Temu, que gozan de importantes beneficios fiscales y de un alcance mundial.
“Hasta 400 dólares se puede importar sin impuesto, ni siquiera el IVA pagan”, explicó Galfione sobre el régimen vigente. Mientras tanto, en la indumentaria nacional “más de la mitad de lo que pagamos son impuestos”.
“No tengo problema en competir con Shein, pero pongamos las mismas condiciones. Siempre competimos con el importado, pero ahora es mucho más del 70% del mercado”, afirmó.
Costos y financiamiento imposibles
La situación se complejiza con una estructura de costos que se encarece a diario. “Todos los días que me levanto soy más caro en dólares”, describió Galfione. Además, el acceso al crédito se volvió inviable: “El mundo paga 3% de tasa anual; nosotros más del 70%. Con inflación proyectada en 20%, cualquier financiamiento es jugar a pérdida”.
Para el presidente de Pro Tejer, el verdadero problema no es la producción, sino la comercialización: “En Argentina todo es caro, lo producido localmente y lo importado. El problema no es la industria, es cómo se comercializa”.
Los datos del “sheinecidio”
- Desde el inicio de la actual gestión ya se perdieron más de 10.000 empleos formales en el sector textil.
- En los primeros cinco meses de 2025 las importaciones de ropa crecieron un 150% interanual, con el ingreso de unos 60 millones de prendas.
- Hoy, cerca del 67% de la indumentaria vendida en el país es importada, frente a un histórico promedio del 50%.
- 7 de cada 10 empresas del rubro reportaron caída de ventas, con una baja promedio del 21%.
- El uso de la capacidad instalada se mantiene en niveles bajos, lo que refleja la fuerte contracción productiva.
(Fuentes: UIA, Fundación Pro Tejer, Infobae, BAE Negocios)