La jueza Loretta Preska, del tribunal del Distrito Sur de Nueva York, ordenó este lunes 30 de junio que la Argentina transfiera el 51% de las acciones de YPF a los demandantes del juicio por la nacionalización de la empresa en 2012. El fallo, que forma parte del proceso iniciado por el fondo Burford Capital, agrava las consecuencias del millonario litigio internacional y generó un inmediato impacto negativo: las acciones de la petrolera cayeron hasta un 7% en Wall Street.
La decisión reavivó una vieja herida para el oficialismo, justo cuando el gobernador Axel Kicillof parece haber logrado lo que parecía imposible: consolidar su rol como armador del peronismo bonaerense tras la cumbre con Sergio Massa y Máximo Kirchner. La coincidencia entre el avance judicial en EE.UU. y la reorganización interna en Unión por la Patria no pasó desapercibida ni en Buenos Aires ni en Washington. Tampoco entre los libertarios, que no tardaron en volver a cargar contra Kicillof, uno de los responsables políticos de la estatización cuando era ministro de Economía.
La jueza y el reloj político
Preska ya había fallado en tres oportunidades en 2023 contra la Argentina por esta misma causa: primero en mayo, luego en septiembre, cuando fijó una indemnización de 16.000 millones de dólares, y finalmente en noviembre, cuando habilitó al país a ofrecer activos como garantía. Curiosamente, no emitió ningún fallo en todo 2024, el primer año de gestión de Javier Milei. Ahora, en plena antesala electoral de 2025 y con clima político recalentado, vuelve a irrumpir con un nuevo dictamen.
“Nos llama la atención que salga el fallo, después de lo de Cristina y justo cuando Javier Milei empieza a enfocarse en Kicillof“, analizaron en el entorno del Gobernador. Desde Calle 6 también se enfocaron en la decisión del Gobierno de no depositar la garantía que reclamaba la jueza Preska al país, como gesto de “buena voluntad”. “Endureció los términos de la sentencia“, señalaron.
El contexto es clave: el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella cayó un 4,6% en junio y marcó su peor registro desde abril. El relevamiento muestra un deterioro sostenido en todos los frentes de la imagen presidencial. La mayor caída fue en la percepción del interés general, que se desplomó un 10%. En medio de esa crisis de credibilidad, el fallo de Preska sirve como excusa para desviar el eje y reinstalar el fantasma del “populismo estatista”, apuntando directamente contra Kicillof.
Desde YPF, en cambio, intentaron bajar el tono del fallo y lo calificaron como “apelable”. Recordaron que la transferencia de acciones aún no se ejecuta y que existen instancias judiciales abiertas. La causa fue iniciada por el fondo Burford Capital, que compró los derechos de litigio a las firmas Petersen Energía e IEASA. El reclamo central es que el Estado argentino incumplió los estatutos societarios al adquirir el 51% de YPF sin hacer una oferta pública a los demás accionistas.
Más allá del frente legal, el impacto político es innegable. Mientras Milei sufre su peor momento de imagen y el peronismo parece dejar atrás su crisis interna, el nuevo revés judicial en Estados Unidos opera como un golpe externo que reordena el tablero. La disputa por YPF, una empresa símbolo de la soberanía energética, vuelve a encender la mecha en un país donde los tribunales del norte parecen hablar siempre en el momento justo.
La reacción de Milei
El fallo también provocó una inmediata reacción del presidente Milei, quien utilizó sus redes sociales para cargar duramente contra el Gobernador. En un mensaje publicado en X (antes Twitter), Milei calificó al gobernador bonaerense como un “inútil soviético” y lo responsabilizó directamente por haber llevado al país a esta situación cuando era ministro de Economía. “No le alcanzó con arruinar la economía argentina, así que ahora se está encargando de destruir la provincia de Buenos Aires”, escribió el mandatario, en un posteo que mezcla acusaciones políticas, insultos personales y un anuncio formal: “Vamos a apelar este fallo en todas las instancias que corresponda para defender los intereses nacionales”.
Lejos de buscar una moderación del tono, Milei redobló la apuesta en un contexto donde su propia imagen pública atraviesa un momento crítico, con caídas sostenidas en todos los indicadores de confianza. El mensaje, que también apunta contra la expresidenta Cristina Kirchner (a quien se refiere como “la condenada de CFK”), refuerza la estrategia libertaria de reactivar la polarización con el kirchnerismo, en momentos en que Kicillof emerge como principal figura opositora y arquitecto de la unidad peronista de cara a las elecciones.