Luego de la convocatoria realizada por el intendente de Luján, Leonardo Boto, a una misa por la paz en la histórica Basílica local, considerada el “centro espiritual de la Argentina”, al menos para el cristianismo, se desarrolló con la presencia del presidente Alberto Fernández y el Frente de Todos.
Por la oposición hubo quienes rompieron el esquema: los intendentes radicales que dieron el presente, mientras el PRO ya había señalado que no asistiría. En tanto, el evento religioso convocado tras el atentado a Cristina Kirchner contó con fuerte presencia del gabinete nacional, gobernadores -entre ellos el bonaerense, Axel Kicillof-; el expresidente Eduardo Duhalde, intendentes, legisladores nacionales y provinciales, miembros de organizaciones sociales y de derechos humanos, se desarrolló la misa.
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El arzobispo de Luján-Mercedes, Jorge Eduardo Scheinig, encabezó el evento y destacó la presencia de la figura de la virgen, que lleva 400 años en ese sitio. Vale destacar que uno de los pedidos la virgen fue por la salud de Esteban Bullrich.
“Aprovechemos a dejar que ella (por la virgen) escuche nuestras necesidades. No sé como es la fe de cada uno y cada una de ustedes, pero con un poquito alcanza para pedirle lo que tenemos en el corazón”, fue el mensaje inicial. Luego pasó a los cánticos y lectura de los versículos.
Luego, dijo que “estamos en un tiempo extremadamente delicado, la paz social está frágil y amenzada, somos responsables de asegurarla y cuidarla”, por lo que señaló que cuando fue invitado a presidir la misa por el intendente, “sentí que era muy buena iniciativa y le dije que sí, además lo hacemos cuando los obispos apostamos a una oración por la solidaridad y el día de la colecta Más por Menos”.
“La oración por la paz y la fraternidad es urgente, este es el lugar indicado para rezar por la patria. Los credos estamos para ser servidores de la paz y el principal servicio es la oración. La oración de los que estamos aquí ya es un hecho de paz y fraternidad. Aquí vienen millones de peregrinos de todos lados, de toda edad, de todos los partidos políticos porque acá está ella, que convoca a millones”, dijo Scheinig.
“Lamentaría que se se malinterprete este gesto. La virgen de Luján es inmaculada y cualquier mala intención lejos de mancharla a ella, nos mancha aún más a nosotros mismos”, sentenció.
Asimismo, marcó que “en un clima simplista se cultiva la intolerancia, la obstinación, la violencia, así todos perdemos”, al reseñar una cena de Jesús con pecadores y las críticas de otros sectores.
Además, recordó un mensaje de los obispos en el 2001 cuando decían que “la patria requiere algo inédito”, por eso marcó que la novedad es “animarse a abrazar al otro, perdonarlo de corazón, romper las cadenas del odio, apostar por salvarnos todos, otro tipo de convivencia social que garantice la paz y la fraternidad”.
“Como decía el papa Francisco, todos estamos en la misma barca y nadie se salva solo. Los invito a rezar juntos la oración de San Francisco de Asís, necesitamos darnos un clima de fraternidad. Uno se da cuenta que nuestro pueblo tiene una comunión profunda, confianza y esperanza, dejémonos llevar por la oración a la virgen”, dijo.
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