El “espaldazo” de Estudiantes en el pasillo al campeón Rosario Central reavivó la polémica en el fútbol argentino. El equipo de Eduardo Domínguez cumplió con la orden de la AFA de hacer el pasillo, pero lo hizo de espaldas, como gesto de protesta por la forma en que se designó al nuevo campeón. El momento quedó registrado en todas las cámaras y rápidamente se volvió tema nacional.
Tras el episodio, el árbitro Pablo Dóvalo confirmó que elevó un informe al Tribunal de Disciplina. Desde la organización del torneo habían bajado una instrucción específica sobre cómo debía realizarse el protocolo de ingreso, y la actuación de Estudiantes —si bien no violenta ni ofensiva verbalmente— se habría apartado de lo solicitado. Con ese informe, el Tribunal ahora deberá evaluar si existió incumplimiento del protocolo o si se trata simplemente de un gesto simbólico sin sanción disciplinaria.
En paralelo, el Pincha ya recibió una sanción concreta: deberá pagar una multa equivalente al valor bruto de 250 entradas generales por no presentarse a la conferencia y al protocolo post partido. Esa penalidad ronda los 8 millones de pesos y fue aplicada por reglamento, independientemente del pasillo.
El ítem del que se agarra la AFA para sancionar al Pincha
¿Puede llegar otra sanción? Sí, pero los especialistas coinciden en que lo más probable es una multa económica adicional o un apercibimiento formal. No hay antecedentes recientes de castigos deportivos por gestos simbólicos como dar la espalda, y el pasillo no está tipificado en el reglamento como una obligación con sanciones deportivas graves. La chance de quita de puntos o suspensiones fuertes se considera muy baja, salvo que el Tribunal interprete la acción como una “falta de respeto institucional” de máxima gravedad. Sin embargo, no se descarta una sanción bajo el cuadro de “incitación a la violencia”.
De fondo, el caso también expone la tensión política que generó la elección del campeón. La protesta de Estudiantes buscó visibilizar su desacuerdo con el mecanismo elegido por la AFA, mientras que desde Rosario Central y su cuerpo técnico calificaron el gesto como innecesario y poco respetuoso. La decisión disciplinaria, cuando llegue, marcará un precedente para el futuro.

